Por José Jaime Ruiz
josejaimeruiz@lostubos.com
@ruizjosejaime
En el arranque de todo, antes del calendario juliano, marzo fue el primer mes. Así ahora para las campañas. El buen Plutarco lo registró: «“Los idus de marzo ya han llegado”; a lo que el vidente contestó compasivamente: “Sí, pero aún no han acabado”».
Hay dos momentos claves en la vida de Cayo Julio César: el Rubicón y el Senado, los idus. Prefiero a Cavafis, al fin poeta, que a Plutarco.
“Teme, alma, las grandezas,
y si no puedes doblegar tus ambiciones,
al menos persíguelas con cautela, recelosamente,
y, a medida que avances, vuélvete precavida, conócete.
Y cuando al fin alcances tu meta, César,
cuando seas famoso,
ten especial cuidado al salir a la calle,
notorio por tu séquito y tu fama;
si por suerte algún Artemidoro, desde la muchedumbre
se acercara trayéndote una carta y te dijera:
‘lee esto al instante, contiene asuntos graves
que te conciernen’,
no dudes y detente, relega toda conversación y asunto,
aléjate de la gente que ante ti se postra
(los verás más tarde), que hasta el mismo senado espere,
y sin tardanza lee el mensaje que trae Artemidoro.”
Los idus de marzo han llegado, pero no han acabado. Gato por liebre. La traición no espera. Incluir es excluir. También Lewis Carrol es importante. Pregúntale a Alicia. Haigha, simbólicamente, debe multiplicar, no enrabiar. La luna domina en marzo. Y, sin embargo, existe mayo, no tanto como estaba en marzo.
Marzo: Colosio, Samuel, Víctor, Fernando…
Mayo: Clara, Adrián, Paco…
El sello de Salomón. Quien no controle a sus demonios… obvio.