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No, no concibo que todo acabó…

Por Félix Cortés Camarillo.

‎felixcortescama@gmail.com

Tengo en mi personal entorno personas altamente apreciadas que fueron desde hace un par de años simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, y abrigo la sospecha de que lo siguen siendo. Yo les respeto. Entiendo mejor a las personas largo tiempo desatendidas, que de pronto comenzaron a recibir un estipendio bimensual que todos los contribuyentes pagamos y que parcialmente alivian su pobreza. Desde luego que estoy de acuerdo con los que, hastiados de los regímenes ineficientes y corruptos, que son la misma cosa, decidieron que abstenerse de votar o votar por el supuesto cambio iba a favorecerles.

Lo que me resulta un enigma es comprender el desencanto que ahora sufren estos mexicanos. En cuestiones de los afectos, no hay nada peor que un desencanto.

El presidente López puede ser etiquetado de diferentes maneras, menos de mentiroso. Él es consecuente con su perfil personal: obcecado, intolerante, e incapaz de aceptar otra percepción de su verdad que no sea la propia. Todo aquel que, consciente de estas características haya decidido seguirle camino al abismo, merece el calificativo de ovino seguidor. Y apenas entonces comienza su calvario, aceptando su ceguera.

Debe ser muy duro de aceptar esta realidad, cantando con los Panchos «no, no concibo que todo acabó, que este sueño de amor terminó, que la vida nos separó, sin querer. Caminemos, tal vez nos veremos, después».

Yo deseo que no.

CANTALETA (HASTA EL 6 DE JUNIO): Dice Catón, y yo coincido con Armando Fuentes Aguirre: «un voto por Morena es un voto contra México».

Tenía razón el presidente López ayer, al hablar de Tamaulipas: con precisión, el artículo 76 de la Constitución, al enumerar la autoridad del Senado, le autoriza a designar gobernador sustituto de un estado de la Federación. Lo que a la torera se brincó el presidente López fue la primera frase del artículo, que reza «cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales » en el dicho estado. No es el caso.

Es inevitable advertir que la administración actual ha decidido jugarse el todo por el todo frente a los tres retos que tiene enfrente: la pandemia mal enfrentada, la crisis económica que de ella se deriva, y la cascada de desatinos que encuentran su cima en la manera en que se ha tratado la tragedia de la línea 12 del metro capitalino, mandando «al carajo» a los deudos de gente inocente, y protegiendo a los evidentes responsables de esta enorme irresponsabilidad.

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Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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