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La trampas de nuestra democracia (I)

Por Carlos Chavarría

La parte electoral de nuestra democracia funciona, y bien. Cada vez son menos creíbles los gritos de «¡fraude!» que antes eran el pan de dada día y en mucho desalentaban la participación.

Ahora estamos atorados en algunos temas que no permiten nuestro salto final al pleno desarrollo político y económico. Para ser justos, hay que reconocer que no es de ahorita, venimos de un régimen diseñado verticalmente, autoritario-paternalista, hegemónico, que desde su fundación mucho disfrutan los que ejercen el poder, y de ahí su poca voluntad para cambiarlo.

El primer tema en orden de importancia es la imposibilidad de controlar al ejecutivo y asegurar, por una parte, que se cumplan aquellas promesas que sean aceptables, y por la otra, que la ejecución de funciones, proyectos y programas sea eficiente y transparente.

Desde la posición del presidente, y pasando por las gubernaturas y alcaldías, quienes encabezan esos puestos tienen el poder absoluto, sin cortapisa, para hacer y deshacer; aún a costa de lo mas concreto y ya probado, dando como resultado siempre una perdida de bienestar y el retroceso asociado a esta.

No existe manera de evitar los sin sentidos e impertinencias, por no decir cosas peores, que en todo su poder cometen los ejecutivos de cada nivel. No se trata de que sean ilegales las ocurrencias de todos ellos, se trata de evitar perder el tiempo y dinero en cosas, que tanto la ortodoxia como la experiencia que ya adquirimos, indican que no funcionarán.

Los ejemplos son variados. En épocas de recesión ¿es prudente elevar impuestos?, ¿concentrarse en inversiones de muy largo sin efectos multiplicadores?, ¿subsidiar ineficiencias?, ¿elevar el gasto corriente? Sabemos que no. Consúltese: [https://www.cefp.gob.mx/publicaciones/nota/2021/notacefp0482021.pdf].

En momentos difíciles, por muy obvias razones, como lo son la pandemia, la violencia… ¿debe promoverse la unidad o la división social? Si sabemos que el ejercicio del poder desgasta a quién lo encabeza, ¿entonces tendrá sentido mas allá de lo electoral un discurso beligerante o de encono, que todo el tiempo busca distraer, eludir y ocultar responsabilidades?

Si se revisan los datos sobre inflación, por ejemplo, es claro que la energía –ramo operado por el gobierno– es el propulsor de la tendencia en la elevación de precios al consumidor que estamos observando [https://www.cefp.gob.mx/ixDOCs/2017/252-210708.pdf].

No obstante, el ejecutivo pretende profundizar ese derrotero al fundar una empresa pública para “competir” en la venta de gas LP y así “obligar” a que los precios bajen. Los precios no bajarán de forma sustentable y el gobierno usará recursos que no tiene, en el intento.

Ni siquiera la oposición esta interesada en cambiar el estado de las cosas, de ahí que es una trampa de la que no saldremos sin la participación activa de todos.

“ Casi cualquier persona puede erguirse frente a la adversidad, pero si se quiere conocer el carácter de cualquiera solo hay que darle poder”.

Abraham Lincoln.

Fuente:

// Carlos Chavarría

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Autor: lostubos
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