Por Félix Cortés Camarillo.
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Se refería mi hermano Fernando Alcalá a aquel político que tenía tan mala suerte que cuando compró un circo le crecieron los enanos.
Al presidente López su circo sucesorio, que era originalmente de tres indudables pistas: Sheinbaum, Ebrard y López Gatell, oh sí, se le multiplicaron los escenarios a un múltiple espectáculo que a todo mundo le parece un poco adelantado. No acaban de entender que el presidente López va a echar mano de cuando recurso escénico tenga cerca si puede distraer al populacho para que se olvide de que no hay vacunas, ni medicinas, ni dinero para cumplir con las limosnas estatales, que no puede -bueno, claro que sí puede- hacer la inevitable reforma fiscal para aplicar el IVA alimentos y medicinas, y que no le va a quedar más remedio que lo que hacemos los de clase media cuando no nos alcanza el presupuesto familiar: pedir prestado.
Mientras tanto, «espontáneos» simpatizantes de la gobernadora de la capital ya afinan gargantas para seguirle gritando Presidenta, mientras el clan del carnal Marcelo debiera recolectar firmas en favor de su gallo. Los demás, de Juan Ramón de la Fuente a Esteban Moctezuma, son personajes de relleno, a los que para darles algún valor el presidente los puso a la par de todos los miembros de su gabinete, los gobernadores de los estados y los líderes del legislativo, para que no se sienta el señor Delgado.
«No se hagan bolas» dijo en cena memorable Carlos Salinas de Gortari cuando se soltó la rebatinga para heredar el puesto que le arrebataron a Luis Donaldo Colosio de la manera más impía imaginable. El presidente López repitió la canción, el otro día llamó las cosas por su nombre: él es el que va a destapar al tapado. Como si alguien en este país tuviera todavía alguna duda sobre quién es el que determina quien es el siguiente presidente de México.
En todo estoy de acuerdo.
Solamente viene a mi memoria que hace unos años la cerveza Carta Blanca inventó un envase de vidrio y una corcholata que al embonar con la base de la botella y mediante un simple medio giro la cerveza de arriba se abría. Se llamaba abrefácil. Yo le llamo abresolo. No se vaya a llevar un susto el señor presidente López.
PILON.- No se pierdan en Netflix el documental «Red Privada», sobre la muerte sospechosa, aún, de Manuel Buendía, columnista. No la he visto pero conozco a su director y su talento es garantía de la calidad del filme.