Por Félix Cortés Camarillo
«…Si la discusión es anulada por el monólogo que desoye la opinión diferente, se da pie a una peligrosa polarización que divide a las sociedades, confronta a las personas (y) distingue artificialmente entre buenos y malos…» // José Antonio Fernández Carbajal, presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey, 21 de septiembre de 2021
Acaban de cumplirse, el sábado 17, cuarenta y tres años de la tarde en que un torpe comando de la Liga Comunista 23 de Septiembre, en un intento de secuestro ametralló a Eugenio Garza Sada el más icónico de los empresarios regiomontanos y una de las figuras más destacadas de la clase empresarial de nuestro país.
Su sepelio al día siguiente se distinguió por el vigoroso discurso de Ricardo Margáin Zozaya ante el presidente Luis Echeverría en el que implícitamente se responsabilizó al estilo personal de gobernar de Echeverría de la muerte de Garza Sada. Se preguntaba el empresario, en 1973, por qué había sido posible el atentado.
«..sólo se puede actuar impunemente cuando se ha perdido el respeto a la autoridad; cuando el Estado deja de mantener el orden público», dijo Margáin Zozaya en su eulogía, agregando: «cuando se ha propiciado desde el poder a base de declaraciones y discursos el ataque reiterado al sector privado… sin otra finalidad aparente que fomentar la división y el odio entre las clases sociales».
El martes 22, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, que fue fundado a iniciativa de don Eugenio, hizo entrega del premio Eugenio Garza Sada 2021, instituido para celebrar y evocar el legado humanista del empresario asesinado. El orador fue José Antonio Fernández Carbajal, presidente del consejo del Tecnológico, y además presidente de FEMSA, la empresa multimodal que recoge la herencia empresarial de don Eugenio, y que tiene como naves insignias las principales embotelladoras de cerveza y refrescos en nuestro país. De toda esa suma de circunstancias, el discurso del señor Fernández Carbajal adquiere una connotación de remembranza y actualidad.
Fernández Carbajal pidió defender la democracia y de manera muy directa subrayó los tres elementos fundamentales para el desarrollo de un país: democracia, meritocracia y capitalismo, evocando la filosofía de Eugenio Garza Sada basada en los principios de libertad individual, libre emprendimiento, compromiso social, poniendo la dignidad humana por encima de cualquier otra consideración.
Al defender la democracia rechazó el monólogo excluyente y divisorio; de la meritocracia destacó que es lo opuesto a la aristocracia de los privilegios heredados, el nepotismo y el clientelismo. Para el caso hizo referencia al caso del Tec, cuya portentosa evolución ha sido posible por el mérito de sus alumnos, profesores, investigadores y directivos.
Sobre el capitalismo hizo notar que debe transitar hacia un capitalismo consciente que no tenga en su mira solamente el beneficio de sus accionistas.
Yo no recuerdo un solo pronunciamiento de las empresas mexicanas ante la nueva realidad de la cuarta simulación. Y tengo que recordar las palabras finales del discurso de Ricardo Margáin Zozaya, hace 43 años ante el cadáver de Eugenio Garza Sada y la presencia del presidente Echeverría: «Urge que el gobierno tome, con la gravedad que el caso demanda, medidas enérgicas, adecuadas y efectivas, que hagan renacer la confianza del pueblo mexicano. Unos desean invertir sus capitales, pero temen hacerlo, otros, los industriales y comerciantes quisieran fortalecer su confianza en el futuro, porque se trata del futuro de la patria».
Parece que fue ayer.
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