Por Félix Cortés Camarillo
«Me han criticado porque me gusta el dinero. Y ¿a quién no le gusta? // Hilario Ramírez Villanueva, alias Layín, ex-alcalde de San Blas, Nayarit. Junio de 2014
Desde hace muchos años alguien debió haber iniciado una colección de los dichos mexicanos que han hecho historia y definen cierto rasgos inevitables de nuestra idiosincrasia. Desde el afamado aforismo del Alazán Tostado, Gonzalo N. Santos (Moral es un árbol que da moras; y si no da, se lo lleva la chingada), hasta la confesión en un mitin buscando la reelección de Hilario Ramírez, quien fue alcalde de San Blas por el PAN: ¿Qué robé en la presidencia? Sí robé, sí robé, pero poquito. Tantito: le di una rasuradita.
Ante el escándalo provocado por los Pandora Papers, que han puesto al descubierto los manejos financieros en paraísos fiscales de tres mil personas de la vida pública y menos pública de México, entre los que se encuentran Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia hasta hace poco, Armando Guadiana, senador y proveedor de carbón a la CFE beneficiado para ensuciar el ambiente, Julia Abdalá, pareja de Manuel Bartlett y empresaria, y el actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz Leal, el presidente López restó importancia a la noticia.
Reconoció que Arganis ya le había confesado que había colocado en una empresa off shore tres millones y que eso se iba a saber. El presidente se tranquilizó, cuando a su pregunta, su subalterno le dijo que no eran dólares, sino tres millones de pesos. ¿Qué tanto es tantito? Además, supuestamente ese dinero provenía de su separación de la empresa constructora ICA.
Pero el presidente López no paró ahí. Se mostró molesto porque algunos medios hubieran seleccionado para su denuncia a los miembros de su cercanía, de los más de tres mil enlistados. Es cierto, en la lista está Ricardo Salinas Pliego, el minero Larrea, el ganadero y empresario Bailleres, la cantante Alejandra Guzmán, la señora cervecera Aramburú Zavala y muchos otros más. Lo que pasa es que ninguno es miembro prominente de la cuarta simulación, que dicen que ya no son como los de antes.
Volviendo a Layín, el sincero aunque no honesto ex alcalde de San Blas, tiene razón: ¿a quién no le gusta el dinero?
A mayor abundamiento: tener mucho dinero no es un delito, al menos en nuestro país. Depositarlo en instituciones financieras del extranjero tampoco lo es. Sin afán de justificar su conducta, pero sí de entender la de los implicados, necesario es tomar en cuenta que la estabilidad de la moneda mexicana es artificial, y que si no se ha dado un desplome de la paridad del peso es por motivos políticos. Tarde o temprano se dará. Los que pusieron a resguardo parte de sus reservas en divisas firmes, ganarán en la nueva paridad.
Otro asunto es el origen de los dineros y las obligaciones que esos dineros -sus propietarios- tienen hacia el país del cuál son causantes, que suele ser el país en donde viven cierto número de días en el año.
Poco sorprende que estrellas famosas del espectáculo como Julio Iglesias , Elton John, Shakira o Miguel Bosé sean ricos. Despierta cierto escozor que los ricos sean presidentes como Putin de Rusia, Babis, de la República Checa, Piñero de Chile, Abinader de la Dominicana o Lasso de Ecuador.
Para cerrar, el presidente López comentó el escándalo con una frase equivalente a la de Layín: Raúl Salinas de Gortari robó más.
Hasta en eso hay clases.
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