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Carlos Garza y el Bronco, cómplices

Por José Jaime Ruiz

josejaimeruiz@lostubos.com

@ruizjosejaime

Si el tesorero y secretario de Finanzas de Nuevo León, Carlos Garza Ibarra, sigue en su puesto, es gracias al afecto que, como discente, le tiene el gobernador constitucional de Nuevo León a Fernando Elizondo Barragán, pero ser pupilo es enceguecerse de pupila: ni imagen clara ni luminosidad. ¿Hasta cuándo Samuel Alejandro solapará a su tesorero quien, a su vez, solapó al ex gobernador Jaime Rodríguez Calderón? ¿O Samuel Alejandro ya entró al negocio?

Leo en Milenio: “La entrega de 12 cajas con cuentas públicas del año 2020 por parte de la Auditoría Superior del Estado (ASE) en el Congreso local destapó la cloaca de anomalías encontradas al penúltimo año de gestión de Jaime Rodríguez Calderón”.

¿Y la función pública de Carlos Garza Ibarra fue anómala o, lo que es lo mismo, dejó hacer, dejó pasar?

“De acuerdo con la revisión practicada por el organismo fiscalizador, cuyos documentos están en poder de la plataforma MILENIO-Multimedios, tan solo en el dictamen del gobierno estatal, se detectaron 394 observaciones por un monto de 5 mil 411 millones 585 mil pesos, de los cuales no se lograron solventar 4 mil 37 millones 712 mil pesos.”

¿Y qué dice Carlos de la insolvencia?

“Los problemas para el ex gobernador son principalmente en el rubro de gestión financiera: se trata de 92 observaciones que representan un monto no solventado superior a los 4 mil millones de pesos.”

Si son de gestión financiera, ¿sólo son problemas para el Bronco y no para Carlos?

“Pese a ello, el menos por estas irregularidades, Jaime Rodríguez librará la acción penal, pues la ASE no recomendó denunciar.”

Doble premio, al Bronco no se le denuncia y a Carlos lo ratifican como tesorero.

“El desaseo en la cuenta pública del ex gobernador abarca múltiples rubros. Por ejemplo, se otorgaron 9 licencias con goce de sueldo por un monto de 2 millones 892 mil pesos sin justificar. Además se encontró que el dobleteo era práctica común, ya que la Auditoría descubrió que un servidor público, con su RFC MABI6805171HA, obtuvo percepciones en el gobierno y DIF  por 765 mil pesos. También quedó de manifiesto que 45 servidores cobraron de manera simultánea en las nóminas del Poder Ejecutivo y de la Unidad de Integración Educativa de Nuevo León (UIE), por un monto de 12 millones 915 mil pesos.”

De estos desaseos, ¿nunca se dio cuenta el responsable de la administración, los tesoros y las finanzas del gobierno?

“A la lista se suman 22 funcionarios que cobraban en las nóminas de burócratas y magisterio, lo que representó un gasto durante el año de 12 millones 944 mil pesos. En ninguno de los señalamientos realizados se pudo acreditar la compatibilidad de horarios.”

Tampoco tuvo horario, o tiempo, Carlos Garza Ibarra para revisar la corrupción en la coahuilense Secretaría de Educación en Nuevo León.

Mientras Samuel Alejandro no revise la corrupción avalada por Carlos, y al ineficiente Aldo Fasci –su tío, of course– de poco servirá la “nueva política” con vicios heredados de la “vieja política”. Los hechos, no los discursos de Instagram, demuestran que el ímpetu por gobernar se desvanece, se avejenta, oscurece: envejece en una jovial decrepitud.

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Autor: stafflostubos
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