Por Javier Cravioto
@author_cravioto
Aquel triunfalismo de PRI, PAN, PRD, que muchos juzgamos como falso, después de las elecciones en junio de este año, en donde decían que habían ganado y que ahora sí incidirían en modificar las políticas del presidente López Obrador, se ha confirmado como mera bola de humo; en los hechos se valida lo que la suma de números daba como realidad, contrario a lo que la esquizofrenia y negación les obligaba a estos tres partidos a decir a su público.
Finalmente y como era previsto tanto la ley de ingresos como el presupuesto federal 2022 se aprobaron dentro de la fecha prevista. Todo dentro del guion que marca el calendario a que obliga tales actividades y a pesar del ruido mediático y trabas por parte de la oposición.
Un presupuesto, el más alto de la historia, por más de siete millones de millones de pesos que se canalizará tal cual fue la propuesta del presidente López Obrador a través de la Secretaria de Hacienda. Nada se le movió.
En las sesiones de cámara de diputados la oposición presentó más de 2000 reservas que en realidad son intentos de modificar una u otra cosa y jalar agua para su molino y nada se les concedió. Nada. ¡Para eso se construyen mayorías!
Por ello es que en las recientes elecciones de junio pasado, aquella coalición perdedora que dirigió el Sr. Claudio X González subió a su barco a los que alguna vez fueron partidos autónomos PRI, PAN y PRD, para intentar sumar lo que por separado era imposible que lograran y en conjunto ya vemos que con peor resultado, que afortunadamente no obtuvieron la mayoría simple en la Cámara de Diputados que es la que permite aprobar el presupuesto. Hoy se rasgan las vestiduras y claman que no se les tomó en cuenta cuando no había razón alguna para hacerlo por dos razones:
Por una parte, la oposición a través de los partidos políticos que formalmente les representa, decidió -desde el inicio del sexenio del presidente López Obrador- dedicarse a bloquear cualquier decisión pública que el gobierno tomara. Los partidos PAN, PRD, PRI y MC han actuado durante tres años como simples gestores de las élites económicas y delincuenciales que por décadas manejaron al país, amparo tras amparo (147 para impedir la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, 25 para el tren maya, varios para la refinería de Dos Bocas etc.), votación a votación, crisis a crisis (fue vulgar la crítica y desinformación por su parte mientras el gobierno daba la batalla durante la crisis por COVID para preparar hospitales y equipos médicos y la procuración y aplicación de vacunas). Le han apostado desde el inicio de este gobierno a que fracase, han hecho todo lo que han podido para intentar lograrlo.
Y por otra, que las propuestas opositoras se dirigían una y otra vez a una vuelta al pasado, solicitaban que los recursos los decidieran los estados y municipios que aun gobiernan y los organismos “autónomos” que controlan; a que no se frenara el dispendio al que se acostumbraron y con el que se enriquecieron año tras año, presupuesto tras presupuesto.
Claudio X González y su tétrica alianza que unió agua con aceite, no tuvo presupuesto, esta es la lectura del momento.
Con un gasto de inversión superior al 14.3% vs el 2021, y un gasto federalizado para estados y municipios mayor al 4.7% respecto al 2021, este presupuesto garantiza que los programas sociales tengan sustento económico y que los proyectos de infraestructura cuenten con los recursos suficientes para su arranque en tiempo y forma.
Así que, una fecha simbólica más cumplida, un presupuesto que nos da la visión para el 2024 y una nueva exhibición clasista y de odio por parte de diputados y diputadas de la oposición. Ya nos estamos acostumbrando.