Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
A principios de julio de este año que termina, el entonces gobernador electo, Samuel Alejandro García Sepúlveda, prácticamente arrastró a 14 alcaldes también electos de la zona metropolitana y periférica a capacitarse en Jalisco “con la intención de replicar para Nuevo León los esquemas implementados en el Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana” jalisciense.
En este entonces Milenio Digital destacó: “Durante su visita para un seminario en Jalisco, el gobernador electo, Samuel García, así como los alcaldes electos del Área Metropolitana y la periferia de Nuevo León realizaron un recorrido en el transporte público de Guadalajara. El emecista estuvo acompañado de Diego Monraz Villaseñor, titular de la Secretaría de Transporte”.
Cinco meses después nos enteramos que al menos cuatro empresas buscan la licitación del arrendamiento de ochocientas unidades de transporte público proyectado por el Instituto de Movilidad y Accesibilidad de Nuevo León, pero una cosa es replicar en Nuevo León los esquemas de movilidad de Jalisco y otra, muy distinta, a través de licitaciones amañadas o, por lo menos a modo, contratar a las empresas preferidas del Gobierno de Jalisco, como lo son Energon Ventures y Soluciones en Movimiento, empresa contratada recientemente en Jalisco por un monto de 296 millones de pesos.
Este próximo 10 de diciembre sabremos si las empresas preferidas de Enrique Alfaro son las preferidas de Samuel Alejandro. El asunto no es menor porque el monto que se gastaría oscila alrededor de 4 mil millones de pesos y, por el otro, empresarios regios fueron desplazados por tecnicismos. A su vez, Hernán Villareal, secretario de Movilidad, quiso hacer un madruguete en este tema, pero lo frustraron en la Junta de Gobierno. Cuando las cosas empiezan a oler mal, terminan por apestar.
Samuel Alejandro admira a Bernardo Reyes, el histórico gobernador jalisciense de Nuevo León. Tanto lo admira que podría entregar a las empresas favoritas de Enrique Alfaro, la movilidad de los regiomontanos. Por eso pregunto, gobernador, ¿quién gobierna en Nuevo León las licitaciones del transporte público? ¿Acaso Enrique Alfaro?