Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Por Francisco Tijerina Elguezabal

“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.” // John F. Kennedy

No pretendo dictar cátedra ni ando por el mundo pretendiendo imponer mi visión de las cosas como si se tratase de la Biblia; entiendo y sé, bien que sé después de 44 años de ejercer el periodismo, que en muchas de las ocasiones mis opiniones o puntos de vista sobre cualquier tema pueden no ser compartidos por otras personas, sin embargo eso no los convierte en mis enemigos.

Creo y respeto la diferencia de opiniones. Soy amante de discutir, pero con altura de miras, sin pelearse y mucho menos ofenderse; dicen por ahí que cuando se acaban los argumentos comienzan los insultos o las burlas.

El toreo es, ante todo, una disciplina artística y dentro de ella, como otras bellas artes, tiene géneros o escuelas en las que cualquiera suele identificarse o sentirse más atraído.

Así, puede que a muchos nos guste la música, pero ojo no toda la música, porque nos puede atraer lo mexicano y ahí hay mucho de dónde escoger: corridos, valses, polkas, boleros, norteño o banda… muchas me gustan, pero no todas, por ejemplo algunos géneros como el reguetón. Me gusta la pintura, pero no todos los pintores.

Si en artes en las que se tiene un solo punto de visión (la música, la escultura, pintura, la danza) hay quienes lo perciben de distintas maneras, en el toreo forzosamente esto se da porque se trata de un arte efímero que además, tiene el añadido de que depende del lugar en donde aprecies su ejecución. No se disfruta igual un natural desde barrera de primera fila que desde la última fila del tendido general y no es igual verlo de frente, que de espaldas.

Por otra parte, tengo la dicha de conocer a muchísimas personas de distintos ámbitos, profesiones y estratos sociales, pero amigos los tengo contados y a ellos los quiero y respeto por lo que son y lo que valen. Con ellos, con MIS AMIGOS, frecuentemente tenemos opiniones distintas sobre un mismo tema y discutimos con pasión… en más de una ocasión me han llegado a convencer con sus argumentos, como también lo he hecho yo con ellos, sin que esto implique lastimar la amistad, porque al final entendemos que podemos estar de acuerdo en que en ese punto específico no estamos de acuerdo.

Muchos taurinos pecan de incongruencia.

Por una parte exigimos a los antitaurinos respeto a nuestra afición y gusto por la Fiesta Brava, apoyándonos en las tendencias de nuestro tiempo que se inclinan por la diversidad y la igualdad en todos los terrenos, pero hacia adentro fustigamos con saña a quienes tienen otra opinión distinta a la nuestra y los satanizan y se convierten en fiscales, jueces y verdugos, condenándoles sin derecho a réplica o a entablar un debate del que, estoy cierto, todos podríamos salir victoriosos.

Pero no, es más fácil y sencillo andar por la vereda que otro antes hizo y así, ante la opinión vertida por una persona, los censores, dueños de la verdad absoluta, dictan su sentencia, sin rebatir punto alguno, simplemente porque les nace llevar la contra, sabedores de que esa oposición les dará la visibilidad que no pueden tener de manera individual.

En lo personal me place y gusta que existan distintas opiniones porque esas diferencias terminan por enriquecer nuestro conocimiento. Creo firmemente que este mundo sería muy aburrido si todos pensáramos igual y que en la Fiesta no tendría espacio la pasión si no existiesen estos necesarios desencuentros que nos obligan, o deberían obligarnos, a reflexionar, a estudiar, a analizar el por qué de cada cosa.

ftijerin@rtvnews.com

Fuente:

Vía / Autor:

// Francisco Tijerina

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más