Por Obed Campos
“Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.” // Evelyn Beatrice Hall
Para Richard R. Garrés
Cuestión de rascarle tantito, o sea, de leer un poco más, para darnos cuenta que la frase “Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, no es de Voltaire, sino de la inglesa Evelyn Beatrice Hall y, se puede decir, que es la piedra toral de la defensa de la liberta de expresión.
Y como de libertad se trata, se supone, todos debemos de estar de acuerdo con esta máxima y defenderla “hasta la muerte”, pero no.
El político Richard R. Garrés amablemente me escribió ayer para hacerme una observación por un error casi de dedo en mi texto, en el cual escribí “posgrado o maestría”, como si fueran dos cosas distintas, cuando en realidad son lo mismo. Le agradezco.
Para amanecer lunes –ya ve usted que uno se desvela en el afán de este oficio–, saltó el rumor de que cierto ex comentarista de deportes se había suicidado a las puertas de los estudios de Televisa Monterrey, cerca de la Alameda.
El Norte publicó el rumor, que nació precisamente entre los comentarios de sus lectores, pero también publicó la versión de José Juan desmintiendo “su suicidio”.
Pero enseguida, en los mismos comentarios de ese periódico, que por lo visto no tienen un filtro razonable, alguien manejó la especie de que el suicida había sido un ejecutivo de la televisora, quien había llegado ebrio y había sido despedido, en medio de un lío de faldas… Por fortuna todo quedó en un rumor. Negro, pero rumor.
Queda demostrado que no hay fuero que valga para ser víctima de los rumores: el ejecutivo de Televisa antes fue empleado de alto nivel del periódico El Norte.
En México, se ve y se ha visto, a los periodistas nos quieren callar, a como de lugar. Por eso los tres asesinatos de colegas en menos de 30 días que lleva el año, y por eso el ascenso de farsantes a las ruedas de prensa oficiales…
Pero también por eso la movida de la Suprema Corte de Justicia, para que se tenga que aclarar cuando se trata de una noticia y cuando, de un editorial, al menos en los medios electrónicos tradicionales…
Como si la opinión pública reinara ahí y como si la información no hubiera migrado, hace mucho, a los medios en Internet.
Pero le tengo noticias: eso, el de sembrar y cultivar rumores en redes sociales, no tiene nada que ver con la libertad de expresión ni con el periodismo, oficio el nuestro tan vilipendiado por todos los poderes.