La improvisación, discuten Víctor Martínez y José Jaime Ruiz, radica en la métrica «fantasmal» de la evaluación a los estudiantes por parte de la SE, donde al 83% de los estudiantes «no pueden leer un texto simple». No hay fuente, ni explicación de metodología. Lo peor, sostiene Ruiz, sería que se inventen datos que no existen en la realidad, como si el instrumento buscara hacer sonar las alarmas para abrir las escuelas, a pesar de la cuarta ola, a pesar de los problemas de infraestructura.