Por Francisco Tijerina Elguezabal
“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.” // Martin Luther King
Sí, en esta tierra somos claridosos y echados para adelante, pero eso no es de ninguna manera sinónimo de caer en excesos, ser agresivos o insultar a las personas.
Tal vez la juventud y el estilo propio, combinados con el poder y la responsabilidad de gobernar, provoquen que Samuel García Sepúlveda se torne en ocasiones hosco y huraño, al grado de agredir verbal, pero públicamente, a personas e instituciones sin motivo alguno.
Antier, al preguntarle su opinión sobre el presunto incremento en el precio de materiales para la construcción derivado el Impuesto Verde que declaró el presidente nacional de la CMIC, el titular del Ejecutivo se dejó caer con todo y sin verificar si en realidad se dieron así las cosas, calificó a algunas pedreras de tramposas, ladronas y mentirosas, porque presumiblemente cobraban el Impuesto Verde y no lo reportaban a la Tesorería.
Dijo García Sepúlveda: «La sorpresa son las pedreras, que sí le cobraron al viviendero el impuesto y se lo robaron, ahí sí hay una sorpresa», y agregó: «No es justo que vengan a pedir descuento si no está llegando el impuesto a la Tesorería. Porque pedreras tramposas lo cobraron y se lo robaron, o de plano están mintiendo los consumidores finales”.
Y para cerrar con broche de oro el Gobernador señaló: “es ridículo” que un impuesto de Nuevo León sea extraterritorial, y que se esté cobrando en Tamaulipas”.
Puede que el Mandatario tenga razón en el fondo de su hipótesis y que la lógica indique que antes de que los constructores se quejen por el Impuesto Verde, los productores deberían de reportarlo a la Tesorería, pero una cosa es la teoría y, lo que es más importante, antes de lanzar tan graves y serias acusaciones el Gobernador tendría que investigar si lo dicho es cierto, sobre todo siendo como él es abogado.
Porque luego resulta que los mismos constructores, cuyo Presidente Nacional se aventó declaración que inició todo esto, se retractan y horas después dijeron que ellos no tenían conocimiento de ningún incremento en el precio del cemento, de forma tal que todo el sarao que se formó fue de la y por la nada.
Por otra parte, alguien le tendría que explicar al Jefe del Ejecutivo que no es de ninguna manera ridículo el que un presunto incremento se refleje en Tamaulipas o la Conchinchina, porque ese cemento se produce en Nuevo León y por tanto es posible que su precio se vea afectado por el impuesto.
Las que sí fueron ciertas fueron las acusaciones innecesarias de Samuel García hacia los productores de insumos para la construcción y dicen que “lo cortés no quita lo valiente”, por lo que se puede ser enfático y firme, pero sin insultar, agredir o sin violento sin necesidad.
Me quedo pensando: tanto que criticó Samuel a “ustedes ya saben quién”, para terminar pareciéndose tanto a él.