Ronaldinho Gaúcho fue la gran figura internacional entre los galardonados en la ceremonia de investidura de la nueva generación del Salón de la Fama del Futbol de Pachuca, al que también ingresaron, aunque no estuvieron presentes, el defensa italiano Fabio Cannavaro, el español Raúl González y el brasileño Roberto Carlos.
En la gala, celebrada en el Auditorio Gota de Plata de Pachuca por primera vez después de dos años sin ceremonias debido a la pandemia, fueron igualmente reconocidos otros brasileños que militaron en el balompié mexicano: Didí y Antonio Carlos Santos, así como Oswaldo Sánchez, Jesús del Muro, Vicente Peresa, el fallecido Pablo Larios, y como figuras femeniles, la legendaria Maribel Domínguez, actual técnica de la selección nacional sub-20 femenil, y la también ex mundialista y actual entrenadora sueca Pia Sundhage.
El Salón de la Fama de Pachuca reunió a estrellas nacionales e internacionales para celebrar su décima investidura después de dos años en los que no se pudo celebrar la ceremonia debido a la pandemia del COVID19.
El primero de la noche en ser reconocido fue el tres veces mundialista mexicano Jesús del Muro, quien fue presentado por el técnico Ignacio Ambriz.
La gala continuó con la leyenda de Toluca, Vicente Pereda, mejor conocido como el ´Diablo Mayor´, quien nació, creció y se convirtió en Toluca para que al final de su trayectoria fuera considerado como una de las grandes figuras de los Diablos Rojos.
Del mismo modo, se hizo un homenaje a Didí, el brasileño que fue figura con la Selección de Brasil y con la cual logró dos Copas del Mundo, fue reconocido como el mejor de la Copa del Mundo de 1958 y en su trayectoria como jugador militó con los Tiburones Rojos del Veracruz.
La ceremonia prosiguió con la inclusión de tres leyendas europeas, el defensa italiano Fabio Cannavaro, el español Raúl González y el brasileño Roberto Carlos. Ninguno de los tres estuvo presente en México para recibir su reconocimiento y tradicional saco negro.
La leyenda del Real Madrid, Raúl González, mencionó que su trabajo como entrenador en los equipos base de los Merengues le impidieron realizar el viaje. «Es una enorme alegría formar parte del Salón de la Fama. No puedo estar con ustedes debido a mis compromisos como entrenador. El futbol es mi pasión, mi vida y es un orgullo formar parte de esta familia e invitar a los jóvenes que persigan su sueño y los que estamos en este museo somos espejos para ellos».