Como consecuencia de las medidas restrictivas que el Gobierno de los Estados Unidos impuso al petróleo proveniente de Rusia, a raíz de la invasión de ese país a Ucrania; la administración de Joe Biden se vio obligada a buscar nuevas fuentes de abastecimiento de crudo, por lo que tuvo que recurrir al gobierno de Nicolás Maduro, a quien había impuesto un cerco económico por considerarlo un “dictador”.
Sin embargo ahora, forzados por el desabasto mundial provocado por los mismos norteamericanos, Biden tuvo que enviar a una delegación de funcionarios de la Casa Blanca, que viajó a Caracas el pasado 5 y 6 de marzo para una reunión con Nicolás Maduro, en la que se abordó el tema energético.
Habiendo llegado a acuerdos con la administración de Maduro, cuatro ejecutivos de Chevron estuvieron en Caracas esta semana, con el objetivo de comenzar a instrumentar el retorno de las ventas de petróleo venezolano a Estados Unidos.
Con esta medida, el presidente Biden espera poder reducir, o por lo menos mantener estable el precio de las gasolinas en los Estados Unidos, que en los últimos días ha sufrido una escalada como no había ocurrido desde hace décadas, llegando en algunos estados al impensable costo al consumidor del equivalente a 32 pesos mexicanos por cada litro del combustible.