Por Efrén Vázquez
No obstante que desde el 27 de febrero el gobernador Samuel García anunció el fin de la cuarta ola de la pandemia en Nuevo León, en el Congreso del Estado, el cruel coronavirus sigue terco, no se quiere ir, sigue atacando a los diputados.
Por supuesto, tal cosa no es verdad, es solo un pretexto para prohibir el acceso a los ciudadanos al recinto legislativo a presenciar los debates, aunque a decir verdad son muy escasos y de mala calidad; a buscar hablar con los diputados para plantearles sus problemas de viva voz; y en ocasiones, a presentar sus protestas de forma pacífica. ¿O no se vale eso?
Cuando los políticos andan en campaña electoral en pos de una curul, suelen decir que el Congreso es la casa del pueblo; que el pueblo, o sea los ciudadanos de a pie, es el titular de la soberanía popular a quien desean servir con esmero. Pero después, al ganar la elección, lo primero que olvidan es al ciudadano de a pie, para quien en todos los recintos legislativos hay un lugar especial con butacas, las cuales hoy en el Congreso del Estado, con el pretexto de la amenaza del cruel coronavirus, lucen vacías.
De manera arbitraria, los enemigos de la democracia representativa no permiten que los ciudadanos comunes y corrientes que lo deseen, ocupen el lugar que les corresponde en el recinto legislativo; parece ser que a los diputados, solo cuando todavía no lo son y quieren llegar a serlo, les gusta estar cerca de los ciudadanos de a pie. Pues, ¿cómo es posible que en tanto que en los bailongos, los cines, estadios de futbol, antros, cantinas, bares, restaurantes, etcétera, los aforos son ya desde hace cinco semanas del 100 por ciento, en el Congreso no se permite ni siquiera un aforo de 15 por ciento?
Tan olvidadizos son los diputados de que el pueblo, el cual se integra por ciudadanos de a pie, a los que no se les permite el acceso al Congreso, es el titular de la soberanía popular, que en sus peroratas usan la expresión: “Esta soberanía popular”, en vez de decir, para referirse a la asamblea legislativa: “Esta representación de la soberanía popular”.