La última gran inundación que se tuvo en la zona metropolitana ocurrió entre el 30 de junio y el 1 de julio de 2010, con el huracán “Alex”.
Cada dos décadas, Monterrey sufre el embate de un huracán lo suficientemente intenso como para ser recordado por siempre, y que este año sería benéfico porque ayudaría a llenar las presas en pocos días; señaló MILENIO.
Hace 12 años, el huracán “Alex”, en un sólo día, trajo el promedio de dos años de lluvias acumuladas en Monterrey.
Sin embargo, el costo puede ser alto por la destrucción que también provocó y que un meteoro de semejante magnitud podría causar.
De hecho, los tres huracanes más destructivos de los que se tiene registro mantuvieron esa tendencia en cuanto a tiempo.
La última gran inundación de Nuevo León se presentó con el huracán “Alex”, el cual arribó a la entidad entre el 30 de junio y el 1 de julio de 2010. Dejó destrucción en la zona metropolitana de Monterrey y en varios municipios del estado, sobre todo en Anáhuac, el cual quedó prácticamente bajo el agua. Además, se contabilizaron 15 muertos.
Aunque los daños ocasionados se valuaron en un monto de 10 mil millones de pesos, pudieron ser mayores, pero la presa Rompepicos dosificó el cúmulo de agua que cayó en la sierra, pues de lo contrario una buena parte de Monterrey se habría inundado en las riberas del río Santa Catarina; resaltó MILENIO.
Pero 22 años antes, otro huracán, el “Gilberto”, cambió el rumbo de la historia en Nuevo León, y aún se considera el más destructivo y mortífero en nuestra entidad, pues el saldo oficial es de al menos 200 muertos, aunque algunos especialistas consideran que pudieron ser miles, y con daños valuados en 200 mil millones de pesos.
Este huracán nació a principios del mes de septiembre de 1988 en el Atlántico, y fue fortaleciéndose de manera increíble, hasta alcanzar un poderío impactante.
Llegó a Monterrey el 16 de septiembre y, al día siguiente por la madrugada, incrementó el cauce del río Santa Catarina hasta desbordarlo, mientras en muchos puntos de la ciudad los arroyos se desbordaban también y causaban infinidad de daños.
El otro huracán que completa la triada de los más fuertes es el “Beulah”, que osciló entre las categorías 3 y 5 mientras recorría el Golfo de México, tocó tierra en Cozumel y Tamaulipas el 17 de septiembre de 1967, 21 años antes que el Gilberto.
Su poder destructivo se dejó sentir en las zonas de Reynosa, Matamoros, el sur de Texas y gran parte de Nuevo León, a donde arribó el 21 de septiembre. Se calcula que dejó 58 muertos y pérdidas materiales de hasta mil millones de dólares en toda la región noreste.
El otro fenómeno meteorológico que se recuerda fue en 1909, 58 años antes, y fue llamado el huracán Monterrey, uno de los ciclones tropicales del Atlántico más mortíferos que se hayan registrado, y mató a unas 4 mil personas en todo México.
Tocó Monterrey el 27 de agosto de 1909. La ciudad de Monterrey recibió los peores daños: más de la mitad de las estructuras de la ciudad se inundaron, cientos fueron destruidas y 20 mil personas quedaron sin hogar.
Se estimó que los daños causados por la tormenta en el país superaron los 50 millones de pesos de entonces, equivalente a unos 144 mil millones actuales; destacó MILENIO.
Si se mantiene la tendencia histórica, el 2022 podría tener otro huracán histórico, con la diferencia de que ahora, con las presas secas, nos urge para volver a tener agua como antes.
Imagen Portada: Roberto Alanís | MILENIO