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Por Francisco Tijerina Elguezabal

Hay algo que Dios ha hecho mal. A todo le puso límites menos a la tontería. // Konrad Adenauer

Si usted sale a la calle y pregunta a cualquier con el que se tope si conoce o sabe a qué se dedica Andrés Pintos Caballero, con absoluta certeza le puedo decir que le dirán que no tienen ni remota idea de quién se trate.

Pues hombre, resulta que el individuo en cuestión es diputado federal por Nuevo León, originalmente postulado por el Partido Verde que se fue en coalición con Morena y otros más, pero ya instalado en su curul una noche llegó a su lecho un ser divino que le instruyó para que se cambiara de partido y se fuera a Movimiento Ciudadano, de manera que le puede pintar una raya a este tigre por “chaquetero”.

Uno piensa que los diputados están ahí para representarnos y luchar por resolver los problemas más graves que nos aquejan, que son nuestra voz, pero resulta que no.

Resulta natural que el diputado Pintos desconozca lo que ocurre en Nuevo León pues es oriundo de Acapulco, Guerrero, pero vaya usted a saber cómo es que después de haber sido regidor en Guadalupe, terminó de candidato por el Distrito 7 federal, que abarca los pacíficos y tranquilos pueblos de: Abasolo, Agualeguas, Anáhuac, Bustamante, Carmen, Ciénega de Flores, García, General Zuazua, Hidalgo, Higueras, Lampazos de Naranjo, Mina, Parás, Sabinas Hidalgo, Salinas Victoria, Vallecillo y Villaldama.

Uno pensaría que el legislador “mirindo” alzaría la voz exigiendo mayor seguridad, empleo, educación, salud, agua, pero no, demostrando su amplio conocimiento sobre la realidad que vive Nuevo León, el diputado Pintos acaba de presentar una iniciativa con proyecto de decreto sobre el bienestar animal.

¡Hágame el refabrón cabor!

Dirá usted, es que el diputado Pintos no forma parte de las comisiones que abarcan esos delicados temas que hoy mantienen en vilo a todas las poblaciones de su distrito y pues sí, en eso puede tener razón, pero resulta que tampoco es integrante de ninguna que tenga que ver absolutamente nada con maltrato a las mascotas.

Resulta inconcebible que tengamos un representante que únicamente sirve para cobrar su jugoso salario e ir a apostar sus posaderas a la curul sin ningún beneficio real para los nuevoleoneses. ¿Para qué lo elegimos entonces?

Hipócrita y doble cara, el diputado Pintos Caballero se manifiesta preocupado por la cacería deportiva y las corridas de toros, pero nada dice de todos los animales que murieron durante la sequía, ni la falta de apoyo a los productores agrícolas, amén de la inseguridad que se vive en toda la franja norte de Nuevo León… no, a él le importan otras cosas.

Dedicar el tiempo a nimiedades cuando se es un representante popular es una alta traición al pueblo. Los diputados, junto con los senadores, regidores y funcionarios públicos de todos los niveles, deben entender que no están ahí para abogar por sus gustos o preferencias personales, sino para ver por los más altos intereses de la población y que por encima de sus filias o fobias está el derecho de cualquier ciudadano de este país.

En lugar de hacer perder el tiempo a la Cámara de Diputados con tonterías, mejor que se quede callado y se dedique a cobrar en su intrascendente paso por la Legislatura que culminará, estoy seguro, sin pena ni gloria.

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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