Por José Jaime Ruiz
La verdadera ideología del conservadurismo es la hipocresía. El senador Ricardo Monreal dejó su vestidura de transformador y se muestra como lo que verdaderamente es, un hipócrita. Espuria, su propuesta de reconciliación. Monreal parte de la falsa premisa de la derecha y de su patrocinador, Claudio X. González, de que nuestro país está polarizado, ergo, requiere “reconciliarse”. Como enunció Bart Kosko: “La lógica binaria siempre ha sido la lógica del poder”.
Hipócrita, Ricardo Monreal pide una reconciliación que sus patrones de la derecha, del PRI y del PAN, nunca ofrecieron a México, al contrario, los neoliberales acentuaron la desigualdad, rescataron de sus quiebras a los empresarios, entregaron trenes, carreteras, ejidos, bancos, energía, saquearon al país. Para justificar su postura, Monreal recuerda a Vicente Guerrero con una frase: “Sin reconciliación no hay nación”. Monreal lo sabe, pero obvia que la reconciliación entre Guerrero y Agustín de Iturbide terminó en que el traidor de Iturbide se hizo del poder y que Guerrero, tiempo después, fue entregado por Picaluga para que lo asesinaran.
Hipócritamente, Monreal tuerce la historia para hablarnos de la reconciliación en la época de Reforma y en el periodo posrevolucionario. Para Ricardo, cito: “La verdadera reconciliación de la nación implica solucionar los grandes problemas económicos, sociales, educativos, culturales y de justicia, que ponen en riesgo la convivencia pacífica y armoniosa del país”. Hasta ahora la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador ha solucionado o intenta solucionar los problemas descritos por el senador y, en ningún momento, se ha puesto en riesgo la convivencia en nuestro país.
Hipócrita, Monreal quiere imponer la narrativa de la polarización y reconciliar a los descendientes de Iturbide, ese traidor, con los mexicanos históricamente sometidos. Al contrario de lo que plantea Monreal, el país avanza en democracia, justicia social y desarrollo económico desde una visión de izquierda, no desde la visión de derecha de Monreal que pretende devolverle los privilegios a los que más tienen. Ricardo escribe que, cito, “en la base de todas las reconciliaciones por impulsar está la de naturaleza económica”. Hipócrita, Monreal pide reconciliar a la clase dominante con los dominados pero, desde la izquierda, se sabe que la emancipación no pasa por ninguna reconciliación.
Para existir, el neoliberalismo requiere dominar, despojar, robar, usurpar, estafar, defraudar, desposeer: primero son los ricos. La economía conservadora y de derecha que Ricardo Monreal quiere reconciliar y reinsertar en la 4T es imposible. La propuesta de Monreal no es de izquierda porque lo suyo es regresar a un modelo neoliberal medio social, restaurando privilegios de los ricos y de la clase política que los representa, es decir, el PRI y el PAN. Ricardo está cada vez más cerca de Santiago Creel, Marko Cortés, Alejandro Moreno, Felipe Calderón y Claudio X. González. Desde su cínica hipocresía, Monreal propone reconciliar a los saqueadores con los saqueados.
Es tiempo de definiciones, los senadores de Morena deben de decidir si mantienen como su líder a quien traiciona un día sí y otro también a la 4T. Y, ya que Monreal recordó a Iturbide y Guerrero, no hay que olvidar que los abrazos de Acatempan terminaron en balazos contra Guerrero, sí, ese “bárbaro de las costas del Sur, vil aborto de una india salvaje y de un feroz africano”. Sí, también y a mucha honra, un pata rajada.