Por Obed Campos
Signo de la autoproclamada Cuarta Transformación, los caminos en el país son ahora propiedad de la delincuencia y la anarquía en todas sus formas.
El soberano se empeñó en destruir lo poco que quedaba de la Policía Federal, ya de por si socavada y vapuleada desde los regímenes de la imbecilidad de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Los militares tenían décadas de estar empeñados en quedarse con el control absoluto de esa corporación y por ende, de los caminos y eso consiguieron: son los dueños de nada, porque quien manda en nuestras carreteras, insisto, es la anarquía y la delincuencia.
Existen tramos, por ejemplo, de la Carretera Ribereña entre Nuevo Laredo y Piedras Negras o entre Reynosa y Miguel Alemán, que son intransitables ni de noche ni de día. Sus amos y señores son los mismos mugrosos que siembran el terror en esos lares.
La Carretera Nacional, en su tramo Victoria-Monterrey la cierran cada vez que quieren los de la Columna Armada.
Y no vayamos tan lejos: ya se perdió la cuenta de los desaparecidos y desaparecidas en la Carretera Monterrey-Laredo y no del lado de Tamaulipas, sino en pleno Nuevo León.
Ya la lista es interminable de caminos infernales y no es porque se extrañe a los federales y sus triquiñuelas, atroz corrupción y enriquecimiento explicable, era el sello, no, lo que se extraña es la libertad y la seguridad para usar los caminos mexicanos a cualquier hora del día o de la noche.
Es decir, estábamos mejor cuando supuestamente estábamos peor.
Ayer circuló en redes un video doble de un autobús de pasajeros, de la línea que presta el servicio de 41 kilómetros por la Carretera Federal número 9, la que conecta los municipios de Allende y Cadereyta.
Parece una broma, pero es una amarga realidad: el camión se mueve de lado, porque (se ve) tiene torcido el eje trasero y ahí es cuando uno se pregunta de nuevo dónde está la vigilancia de la tan cacareada Guardia Nacional División Caminos.
Pues, obviamente, como dicen en el rancho, los dizque expertos en vialidad e infalibles (soldados) elementos vestidos de guardias nacionales están en todos lados menos en misa.
Y si así circula un “camión pollero”, nada más le dejo a su imaginación como andarán los otros tipos de transporte terrestre, con todos los vicios que se conocen de traileros, operadores y empresarios, si no hay quien los vigile.
