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Incapacidades de la burocracia y el colapso

Por Carlos Chavarría

¿Cuál es el común denominador los problemas del Metro de Ciudad de México, el desmoronamiento de capiteles del Metro de Monterrey, la inseguridad hídrica, las pérdidas de PEMEX y CFE, y otros asuntos que muy a la vista indican que algo anda muy mal? Todos son ejemplos de que las burocracias  no construyen sistemas viables.

Los sistemas burocráticos tienen desventajas insuperables, más cuando se trata de entidades dedicadas al servicio público, entre otras: lentitud, poca flexibilidad por diseño, estrechez de visión, poca o nula coordinación transversal (todo se somete a la jerarquía) y nulo espacio a la autocrítica. Todas son contrarias a la eficiencia y la mejora continua.

Parafraseando a Javier Livas, especialista en cibernética regiomontano, recientemente fallecido, las organizaciones viables deben ser adaptativas y capaces de hacer frente a situaciones inesperadas, las organizaciones viables son capaces de crear soluciones sin renunciar a sus características constituidas. A esto se suma que la eficacia de estrategias y políticas en las organizaciones deben ser procesados de tal manera que sirvan al conjunto y no limitándose a recursos crecientes.

En lo único que son especialistas las burocracias es aumentar sus necesidades de recursos ante alguna falla de sus mecanismos consonantes-resonantes y de acoplamiento ante cualquier cambio en las variables de entrada.

El caso típico son los problemas que se cuestionan en nuestro primer párrafo. Todos sabemos que las necesidades de mantenimiento provienen de indicadores y señales que los artefactos físicos nos envían, pero las burocracias (sistemas no viables), los interpretan como un gasto extraordinario despreciable que se puede postergar y hasta soslayar, y al tratarlo de esta manera olvidan que el mantenimiento no realizado se convierte en un pasivo real que más temprano que tarde se deberá pagar y con exceso, por la propagación de efectos negativos hacia los demás sistemas operativos.

En los sistemas burocráticos las habilidades y talento de las personas es irrelevante, se puede tener a los mejores profesionales trabajando dentro de ellos pero la organización de los procesos hacia el control vertical burocrático; organización para el dominio y no el resultado; como prioridad impiden la adaptabilidad de los sistemas operativos aun ante la más obvia obsolescencia.

Los sistemas Metro como los mencionados, en su inicio fueron obras maestras de la ingeniería, pero en cuanto se adhieren a los estándares burocráticos empieza su degradación.

Los sistemas burocráticos típicos de los gobiernos están diseñados pensando en el deslinde de culpabilidades y expiación de responsabilidades, más que hacia los buenos resultados. Cuando los problemas se dejan ver, la burocracia hace su trabajo, no verse como culpables, pero no cambiar para mejorar.

Los gobiernos fueron concebidos como una especialización en la provisión de bienes y servicios públicos, pero las deformaciones de los procesos de competencia democrática, no la democracia en sí, llevaron al votante medio a interpretar que entre más derechos y/o recursos “regale” u otorgue un gobierno, debe ser más apreciado, así la contienda electoral lleva  a la convergencia de toda la oferta política en  mecanismos similares de transferencia de recursos desde el gobierno como fin último y apreciado por las masas de electores.

La eficiencia en la producción de bienes y servicios públicos deja de ser popular electoralmente hablando, dejando como residuo un atascadero, al parecer imposible de romper, entre el dominio electoral del poder y el crecimiento de la complejidad de lo cotidiano dejado al azar. Todo ello es conocido por las propias burocracias que se adaptan a los vaivenes electorales para sobrevivir consumiendo cada vez más recursos pero no mejorando el resultado final.

En tanto la complejidad se ve alimentada por órdenes de magnitud y la diversidad sistémica se multiplica se van acumulando déficits que formaran una masa crítica inductora de crisis diversas, como ya ocurre con los temas ambientales, de seguridad, educación, salud y agua potable. Agreguemos una época sin crecimiento económico y en consecuencia menos recursos libres para enfrentar las deficiencias a la manera burocrática y se tiene listo el caldo de cultivo para el colapso.

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Vía / Autor:

// Carlos Chavarría

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Autor: stafflostubos
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