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La marca ‘PRIAN’, pésima marca

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

@lostubosmty

Después del sexenio de Rodrigo Medina de la Cruz, la marca política PRI es pésima; la marca PAN, mala; la conjunción de esas entidades públicas, el PRIAN, es peor, pésima. Si Movimiento Ciudadano y Morena quieren socavar aún más esa marca, tendrían que profundizar el desprestigio no solo en contra de esos partidos, también de sus líderes visibles que carecen de representatividad: Zeferino Salgado Almaguer y Francisco Cienfuegos Martínez.

Los electores de Nuevo León aprendieron que el voto diferenciado no hace gobernanza. Después del desastre del sexenio de Medina de la Cruz (le sobreviven Paco Cienfuegos y Adrián de la Garza), los electores voltearon a una propuesta independiente, fresca, echada pa’delante, encarnada en Jaime Rodríguez Calderón. Los ciudadanos le dieron la espalda al PRIAN y llevaron a la gubernatura al Bronco y, sin embargo, como la candidatura independiente fue narrativa de El libro vaquero o de El Llanero Solitario, no hubo opción más que votar por el PRI o el PAN al Congreso o las alcaldías. Ganó un candidato sin partido, pero los partidos siguieron dominando la vida pública del estado.

La estructura de MC le dio a Samuel Alejandro García Sepúlveda mayor espacio de maniobra que al Bronco, además hizo mancuerna con Luis Donaldo Colosio Riojas para la alcaldía de Monterrey. Los jóvenes políticos lanzaron una campaña que, tarde pero seguro, los posicionó en el electorado y no cometieron el error del Bronco, aunque no les alcanzó para proponer a personajes competitivos en otras candidaturas de elección popular, como alcaldías y diputaciones federales y locales.

Para posicionarse como un partido realmente competitivo para el 2024, MC tiene que trabajar sobre las debilidades del PRIAN. En primer lugar, intensificar la campaña de desprestigio en contra de Zeferino Salgado y de Francisco Cienfuegos. En política lo importante es lo tangible (Paco y Chefo), no lo intangible (PRIAN). Darle nombre al adversario para restarle reputación y desprestigiarlo es la tarea constante de aquí a las elecciones.

Dándole cara al adversario, la administración pública tiene que trabajar sobre la gestión. De poco sirve señalar al adversario político cuando los problemas sociales rebasan cualquier confrontación. Un estratega de Bill Clinton –de prostituida memoria–, Dick Morris, afirmaba, como muchos, que las elecciones también son un plebiscito porque la mejor campaña electoral es cómo se gobierna, cómo se gestiona, cómo se administra. En efecto, la oposición no gana las elecciones; los comicios los pierden los gobiernos.

Desde la argumentación anterior, hasta ahora ¿cuál ha sido la mejor campaña electoral de García Sepúlveda y Colosio Riojas? A Samuel Alejandro la inversión de Tesla lo catapultó; Colosio Riojas, con la inseguridad creciendo exponencialmente en Monterrey, carece de resultados. Aunque se reelija Luis Donaldo, de cara al 2024, empieza a ser un problema electoral para MC.

Lo esencial para el gobernador es cómo se gobierna, cómo se gestiona, cómo se administra en la problemática cotidiana de los nuevoleoneses. Si no se avanza en menguar la contaminación, bajar los índices de inseguridad y feminicidios, reinventar la movilidad metropolitana, atender el rezago hospitalario y de infraestructura educativa, cerrar la crisis hídrica, la sociedad en el plebiscito por venir, le impondrá un castigo intermedio. A estas alturas del partido hay que reconocer el estrepitoso fracaso de secretarios como Javier Navarro Velasco y Hernán Villarreal, amén del director de Agua y Drenaje, Juan Ignacio Barragán.

Definirse como un Gobierno social es la asignatura pendiente de Samuel García. Finalizo con Dick Morris: “La política es la persecución del poder… La historia es el relato de esa persecución”.

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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