Por Francisco Tijerina Elguezabal
Las prisas son para los ‘chorizos’ (ladrones) y los malos toreros. // Juncal
Dicen que nunca hay que hacer cosas buenas que parezcan malas y cuando alguien tiene prisa por consultarte algo a todos nos da mala espina.
Peor que si tuviesen chorrillo, diarrea, seguidilla o “corre que te alcanzo”, nuestros siempre eficientes y programados funcionarios de movilidad (así, con “m” minúscula, porque no dan para más), nos informan que en atención de las muy evidentes, sonoras y escandalosas protestas de los vecinos del sur en cuanto la construcción de la Línea 5 del Metro, les presentarán (sin dar fecha por supuesto), una propuesta con un Metro “híbrido” que irá elevado, a nivel y subterráneo.
Diese la impresión de que las autoridades ya le bajaron dos rayitas a la soberbia e intención de hacer las cosas a su gusto y por sus pistolas y se dieron cuenta de que en el sur de Monterrey no podrían imponer su obstinación, por lo que por lo menos “de lengua”, ya aceptaron que harán una parte subterránea, aunque no dicen qué porcentaje de la obra construirán en este esquema.
Lo simpático del asunto es que el inefable Hernán Villarreal (que ayer entregó, póngase usted de pie y otórguele una ovación. 20 camiones más de los cientos que tiene retrasados desde hace meses), comenta que “pondrán la propuesta a consideración de los expertos, y para que los vecinos tengan tranquilidad, podrán consultar sus inquietudes después de ese foro», aunque aclaró que “el proyecto tendría que ser avalado antes de junio al ser el mes que en el que arrancarían las obras”.
O sea que en tan sólo 12 días o menos, los especialistas tendrán que analizar, discutir, proponer, modificar y en su caso aprobar el proyecto y después, sólo después, los vecinos podrán gritar, patalear, quejarse, inconformarse, criticar, proponer o también puede que autorizar, una obra que les cambiará radicalmente su vida y patrimonio.
Porque no se está decidiendo “qué pedimos de cenar”, sino el futuro de la movilidad en la congestionadísima salida a la Carretera Nacional y los problemas del siempre conflictuado crucero de Garza Sada y Lázaro Cárdenas.
Habiendo tenido tantos y tantos meses, las huestes de Villarreal & Co., nos salen con la novedad de que habrá que apurarse porque ya hay que iniciar la construcción.
Si antes no les corrió prisa, ¿por qué acelerar en este momento? Esta prisa tiene tufo a hedor del feo y a que algo nada bueno esconde, si no, ¿para qué tantas carreras?
