Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación,
nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos”
Viktor Frankl
No cerraban aún las casillas en el Estado de México el domingo pasado y ya había quienes celebraban la victoria de Morena en la elección presidencial del 2024; sin duda una visión simplista y sin sustento.
Porque efectivamente, el Edomex es un montón de votos, pero si analizas bien los números te das cuenta de que el asunto no está para tronar cuetes y echar confeti.
La participación ciudadana fue del 50 por ciento y la diferencia entre la ganadora, Delfina Gómez y la perdedora, Alejandra del Moral, fue de poco más de medio millón de votos; ¿parece mucho? No es tanto, porque si haces el mismo ejercicio en Coahuila, el otro estado en donde hubo comicios, te enteras que el candidato del PRI, Manolo Jiménez, le zumbó al morenista Armando Guadiana poco menos de ese mismo medio millón.
Para ser exactos, si Edomex y Coahuila fueron el “laboratorio” y hoy se tomasen como el universo de votantes, resultaría que el triunfo del partido moreno fue por un margen de apenas 54 mil 737 sufragios. ¿Interesante, no?
De manera que no todo está perdido para la oposición y si le echan “ganitas” y “se ponen las pilas”, pueden sacar adelante la tarea y arrebatarle a Morena la presidencia.
Pero para ello lo primero que habrá que hacer será conseguir un candidato o candidata de las mismas características de Manolo Jiménez o Alejandra del Mora y realizar una campaña impecable.
Punto toral será el conseguir que las dirigencias del PRI, PAN y PRD se pongan de acuerdo y ponderen, por encima de cualquier cosa, el lanzar a un aspirante con verdaderas posibilidades, sin trampa ni chanchullo, si es que realmente quieren ganar.
En la democracia se gana y se pierde por un solo voto, el reto será el pelear cada sufragio posible y realizar un gran ejercicio estadístico que les permita diseñar la estrategia que les lleve al triunfo. Suena a mucha chamba, pero es posible si en lugar de pensar en las macrociudades se enfocan en conseguir los apoyos suficientes a nivel micro y así, sumando y sumando, le dan vuelta a las tendencias.
