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Por Félix Cortés Camarillo

Decía mi abuela, como todas las abuelas, que alabanza en boca propia es vituperio. La ecuación en modo inverso debe ser igualmente válida: todo insulto ajeno en tu contra debe ser una forma de elogio.

            Nunca le dijeron al presidente López que había la muy remota probabilidad de que en la dispersa, torpe ofuscada, rijosa, primitiva y desorganizada oposición podría surgir un candidato con virtudes, credenciales, prestigio y popularidad que pudiera enfrentarse a Claudia Scheinbaum, a quien había designado como la candidata de Morena para ocupar su silla y oficina sin problema alguno.

            Pues hete aquí que de pronto una activista política de prestigio, Xóchitl Gálvez –senadora ella por parte del PAN sin militancia real- emerge como una posible contendiente con fuerza; ella tenía diseñado su plan de vuelo con una muy casi segura pista de aterrizaje en el gobierno de la ciudad capital. La absoluta ausencia de una figura digna del nombre le convirtieron en la única y última opción para los que no queremos una prolongación ad nauseam de la llamada cuarta transformación.

            Los mismos consejeros que no vieron esa posibilidad le dijeron a Lopitos que de inmediato debía iniciar la guerra verbal en contra de Xóchitl Gálvez para descalificarla, ya por voz propia o por sus corifeítos. Ahí estuvo el miércoles Epigmenio Ibarra leyendo el catecismo en Teleformula.

            Seguramente no tuvieron abuela que les guiara.

            Cada agresión a Xóchitl resulta en más apoyos a su persona. López afirma que ella ha sido designada por Claudio X. González y su pandilla de oligarcas que encabeza realmente Carlos Salinas. Ibarra le echó en cara su pasada cercanía con panistas, como si todos ellos fuesen el mismísimo chamuco y el gabinete ampliado de Lopitos fuese la corte celestial. De repente, los patos le tiran a las escopetas o resulta que ahora los padrinos son los novios.

            Esa torpe campaña cesará pronto. Los asesores del presidente López no son tan pendejos que no se den cuenta de que están jugando con la camiseta equivocada. O tal vez sí lo son. 0, lo más probable y ampliamente comentado, es que el presidente López es como Gabino Barreda, que no entendía razones; claro, Gabino tenía el pretexto de que andaba en la borrachera.

            A mí se me ocurre que Xóchitl debe dejar que el presidente López le haga la campaña. Seguro gana.

PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas: Lo escuché ayer en la radio española, la Cadena SER de Madrid: Al nueve por ciento de las familias españolas no les alcanzan los ingresos para cubrir las necesidades esenciales. Al nueve por ciento. Y nosotros aquí, pendejos, sin darnos cuenta de que estamos a toda madre, que vamos requetebién, como dice el presidente López.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Por Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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