Por José Jaime Ruiz
No hay encuesta de medios de comunicación de derecha o de izquierda que no dé el triunfo a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Cuando la partidocracia celebró sus nupcias bajo el sacerdocio del ex presidente Enrique Peña Nieto, con el nombre de Pacto por México, el neoliberalismo arruinó con su última estocada a los ciudadanos a través de lo que se denominó “las reformas estructurales”. La Cuarta Transformación vino a restituir la justicia social con desarrollo económico y democracia.
La partidocracia sufrió en sus prebendas y prerrogativas y, después de los descalabros electorales en más de 20 estados de la república, se asume como PRIAN y un PRD lastimero. En las alianzas por venir, el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista seguirán siendo satélites de Morena y Movimiento Ciudadano irá solo a las próximas elecciones. El cacicazgo que pretende imponer el gobernador Enrique Alfaro en Jalisco, no funcionará. Lo más probable es que Morena gane en ese estado y MC quede como la segunda fuerza.
El único partido emergente a nivel nacional es MC y la tendencia es que desplace al PRIAN si no en los estados que todavía dominan, sí obtendrá escaños en las cámaras, lo cual lo constituirá en una fuerza política importante. El Frente Amplio carece de representatividad política y social, su baraja está llena de impresentables: la corrupta Xóchitl Gálvez, el antipatriota José Ángel Gurría, el Ángel de la Dependencia, el delincuente Francisco García Cabeza de Vaca, el perdedor Claudio X. González, Marko Cortés, Alejandro Alito Moreno. En el Frente Amplio no han entendido que su aceptación entre los ciudadanos es mínima porque han perdido los puestos de elección popular más importantes, evidencia del rechazo de los electores.
Enrique Alfaro sabe que no tenía ninguna posibilidad de ser el candidato de Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República. Prefirió ser cabeza de ratón que cola de león. Los conservadores piensan que hay un “compló” dirigido desde Palacio Nacional para que el gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, pida licencia y se aventure en la lucha presidencial o, en su defecto, que lo haga el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas.
Ni a Luis Donaldo ni a Samuel Alejandro les conviene esta tentativa. Los analistas de la derecha olvidan los acuerdos de García Sepúlveda y Claudia Sheinbaum “firmados” en la residencia del gobernador y de Mariana Rodríguez Cantú durante un negociador almuerzo. Luis Donaldo podrá reelegirse para ser, en el proyecto de MC en Nuevo León, candidato a la gubernatura cuando Samuel Alejandro termine su cargo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, hasta el momento, no requieren del sacrificio electoral de estos jóvenes políticos. Sheinbaum le gana de calle a Xóchitl, la candidata de la oligarquía. En todo caso, y ya han tenido alianzas antes, a López Obrador le conviene que Dante Delgado sea el candidato de MC para disminuir a Gálvez y a los impresentables en medios de comunicación y debates. Dante funcionaría como “golpeador” inteligente en contra del PRIAN y le haría el favor a Claudia de que no se desgastara en la guerra sucia que viene.
Los reacomodos se darán en otros niveles. A Samuel Alejandro le conviene un Congreso local a modo para seguir avanzando en sus proyectos de gobernabilidad, administración y electorales, en esto último impulsando al Senado a Mariana. A Samuel Alejandro le conviene ya enviar al basurero de la historia a la mafia política representada por Francisco Cienfuegos y Zeferino Salgado. Y en eso están trabajando porque si el diputado morenista, Waldo Fernández busca, como quiere, llegar al Senado, una curul más se abriría para MC con la llegada de su suplente, el ex panista Alfredo Pérez Bernal.
Así las cosas, ni adelantar vísperas ni hacerse bolas…