Por José Jaime Ruiz
El golpe de Estado blando del PRIAN en contra del gobernador constitucional del estado libre y soberano de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, falló por su denominación de origen: salvar a Xóchitl Gálvez de un verdadero competidor electoral y que su fracaso en el 2024 no termine por ser la extinción del PRIAN.
La licencia aprobada por el Congreso local a Samuel Alejandro y la “toma de protesta” del calderonista José Arturo Salinas Garza como “gobernador interino” tiene un vertiente nacional, salvar a Xóchitil Gálvez, repito, y una local: la toma del poder administrativo (les interesa más que el político) del Gobierno de Nuevo León. Con un gobernador a modo avanzaría la voracidad del PRIAN por adueñarse no sólo del Tribunal Superior, la Auditoría Superior, la Unidad de Inteligencia Financiera (subsecretaría), también del presupuesto de Agua y Drenaje de Monterrey, las carreteras asignadas al gobierno y un largo y corrupto etcétera. Así “salvarían” su descalabro en las próximas elecciones y podrían seguir “negociando” desde el Congreso con las posiciones que obtengan si es que acaso ningún partido obtiene mayoría calificada.
Quienes defienden las posiciones del PRIAN, algunos ingenuos por supuesto, justifican el saqueo que se realizó en los sexenios de Rodrigo Medina de la Cruz y Jaime Rodríguez Calderón donde las finanzas, la obra pública, la inversión económica (KIA se cuece aparte) y la inversión social fueron despreciadas. Lo que pretende el PRIAN con su pelele Salinas Garza (una ilegalidad que puede terminar en juicio político) es prolongar sus privilegios, prebendas, corrupción e impunidad. Durante dos sexenios demostraron que Nuevo León y sus ciudadanos les interesan nada. Medina de la Cruz, Francisco Cienfuegos, Zeferino Salgado, Adrián de la Garza y ballet que los acompaña en esta cómica coreografía apuestan por Xóchitl porque es la única que les garantiza prolongar el saqueo de Nuevo León y la impunidad.
El problema para la mafia del PRIAN es que, ya lo expresaron, Samuel Alejandro está no sólo arropado, también blindado por la Cuarta Transformación encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (“Yo apoyo a Samuel porque es el gobernador de Nuevo León. Además, hemos tenido buena relación de respeto, aun cuando los orígenes de nuestras organizaciones son distintas, hemos trabajado de manera coordinada. Nada más desearle lo mejor a Samuel”) y por Claudia Sheinbaum Pardo (“Tiene derecho, tiene derecho a pedir licencia, yo creo que se le debería permitir la licencia, es mi opinión personal”).
Salinas Garza, quien como presidente del Tribunal Superior fue un enemigo declarado del proyecto de García Sepúlveda, fungió como colaborador panista del gobierno de Felipe Calderón, ya que fue delegado federal durante todo su sexenio de la Secretaría de Economía. Error de cálculo, el golpe de Estado blando falló y, por “el haiga sido como haiga sido”, los destacables miembros del PRIAN están en la mira de la Cuarta Transformación, ergo, de la Fiscalía General de la República y de la Unidad de Inteligencia Financiera. Para abreviar: hay tiro.