Aquí ya no suena la música del festival, sino los bombardeos en la Franja de Gaza. Es un sitio marcado por la masacre de 364 personas a manos de Hamás donde con un memorial padres de otros 40 jóvenes secuestrados ese mismo día claman por su liberación; publica MILENIO.
Las inmediaciones del kibutz de Re’im, donde se realizó el Nova Fest el pasado 7 de octubre se cubrió de tumbas con fotografías de cada una de las víctimas que fueron asesinadas ese día por el grupo terrorista. Cada una de ellas está rodeada por piedras decoradas de colores llamativos rememorando la alegría de cada uno de los jóvenes caídos.
Sin embargo, también hay otro grupo de personas que mantiene la fe y esperanza de recuperar a sus familiares que siguen raptados en la Franja de Gaza. Shai Wenkert es uno de ellos, él asiste cada día al lugar donde su hijo fue secuestrado para pedir su liberación.
“Quiero a mi hijo de vuelta”, suplicó el padre y en medio de sus palabras se escuchó la explosión de uno de los misiles israelíes que golpean a menos de dos kilómetros de distancia en el lado palestino.
La exigencia de Shai es clara y contundente: “Para mí no importa cuál sea el trato, solo hagan el trato, traigan a mi hijo de vuelta, rescaten a todos los rehenes”.
Su hijo Omer fue uno de los rehenes más reconocidos en los primeros días después del atentado porque los terroristas grabaron un video en el que el joven de 22 años se encontraba sometido y amarrado de manos viajando en la caja de una camioneta controlada por hombres armados.
Pese a las imágenes que quedaron grabadas en la memoria colectiva, durante un recorrido realizado por MILENIO, Shai explica que su hijo es un joven fuerte y guapo, que también es muy fuerte de mente y que esa fortaleza será la que le permita regresar vivo a casa con sus seres queridos.
“Siento a Omer, lo siento aquí y sé que está vivo. Omer es fuerte, como puedes ver es un bello hombre. Su mente es fuerte y lo mantendrá vivo, pero estamos preocupados porque la situación es muy difícil”, señaló.
Al dolor de Shai se unió el de Stephany, madre de Neeva, una joven estadunidense que también lleva más de 109 días en cautiverio. Ambos frente a frente se dieron un abrazo largo para compartir el mismo dolor y apoyarse emocionalmente. El momento también fue acompañado por dos cañonazos que no fueron capaces de cortar el íntimo momento.
Stephany miró a los ojos a Shai y le dio su apoyo:
“Tu hijo también es mi hijo. También es un ciudadano americano y un hombre que importa mucho. Necesitamos traerlos a casa a todos.
«¡Todos deben volver a casa, hombres, mujeres, todos!
Para Shai Wenkert no importa lo que tenga que hacer el gobierno Israel para traer a su hijo de vuelta: “Quiero a mi hijo de vuelta. Para mí no importa cuál sea el trato, solo hagan el trato, traigan a mi hijo de vuelta, rescaten a todos los rehenes”.
Mientras el padre de Omer realizaba su reclamo, las tropas israelíes ubicadas a menos de dos kilómetros de distancia detonaban tres misiles en la franja de Gaza que alertaron a los mismos soldados israelíes que vigilan la zona donde el 7 de octubre los terroristas de Hamás cometieron la masacre de Re’im.
El encuentro con los medios de comunicación culminó con un mensaje de Shai Wenkert hacia su hijo: “Omer, tu familia hace todo lo que puede hacer desde afuera. Te queremos en casa, estamos a lado tuyo, estamos a cinco minutos de distancia, caminando podemos llegar ahí. Sé fuerte porque vamos a sacarte”.
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Imagen portada: Archivo