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Tempus fugit invita a hacer un viaje en el tiempo

El tiempo visto desde la filosofía, la ciencia ficción y la mirada reflexiva es el centro neurálgico de la obra de teatro Tempus fugit, que se estrena mañana en el Teatro El milagro. La obra invita al espectador a analizar este concepto que rige la vida, valioso para algunos, fugaz para otros; publicó MILENIO.

Es una oportunidad que se le brinda al público de respirar en medio de la vorágine en esta época intensa y vertiginosa en la que vive cotidianamente, al disfrutar de la experiencia de realizar un viaje por el tiempo, el del teatro, en donde se crean instantes únicos.

El director de escena Roberto Eslava, en entrevista con MILENIO, comenta que los asistentes no deben pensar que es una obra muy densa a pesar de lo complejo que puede ser reflexionar sobre el tiempo; al contrario, se invita a la cavilación con sentido del humor.

En esa posibilidad de crear otros tiempos en escena, la compañía Traslapo Teatro se inspiró en los planteamientos de algunos autores que se han preguntado sobre la posibilidad de viajar en el tiempo. Eslava cuenta sobre ello:

“Pienso en H.G. Wells, en su novela La máquina del tiempo. (También) una de las voces presentes en nuestra pieza es la de Walter Benjamin, que proviene de la tradición del materialismo histórico; él tiene una crítica precisa de la idea del tiempo. O Virginia Wolf con su maravillosa novela Las olas, que es también una reflexión muy importante sobre el tiempo. Por supuesto Marcel Proust con En busca del tiempo perdido, evidentemente es una reflexión interesante sobre la memoria. Todos ellos sirvieron como voces, como ecos para Tempus fugit”.

Cartografía de sueños

En lo que llama la cartografía de sueños y esperanzas enmarcada en el tiempo, Eslava comenta que la actriz y cantante Anna Cristina Rosas compartirá algunas memorias de la niñez, adolescencia y edad adulta con las seguramente el público se identificará porque lo hace de una manera ligera, acompañada por Natalia Ángel, cantante y artista sonora.

Eslava, director en artes escénicas, artes visuales e interdisciplina, afirma que en Tempus fugit —que en latín significa el tiempo vuela— está presente el humor, y que todo está enfocado en que el público considere que el tiempo no es lineal, que siempre está en movimiento.

“La reflexión compartida es que no hay que tener miedo al flujo del tiempo, ni miedo al cambio ni a la transformación, es una de las grandes enseñanzas que hemos tenido después de crear esta obra”.

Lo que la compañía Traslapo Teatro propone es abrazar los cambios a pesar de que el tiempo pasa de manera diferente si se es niño, adulto o se vive en la tercera edad.

El público, por medio de una percepción de un tiempo diferente, podrá detenerse a percibir las vibraciones tanto de la música como del cuerpo, en una experiencia sonora envolvente en la que participan la diseñadora de escenografía e iluminación Natalia Sedano y la diseñadora textil Sol Kellan.

¿Por qué tomaron el concepto del tiempo?

Esta pieza surge después de la pandemia, de ese momento tan difícil para la humanidad que cambió radicalmente nuestra percepción del tiempo, fue un momento muy importante y difícil. En esa época conscientemente decidí parar cualquier proyecto cultural. Cuando regresamos a la llamada normalidad, me reuní con Anna Cristina y uno de los primeros temas que surgieron fue cómo nuestra percepción del tiempo se había transformado así como nuestros cuerpos y nuestra mirada de la realidad.

Empezamos a encontrar las respuestas en diversas personalidades de la literatura y la filosofía para, de alguna forma, percibir y pensar desde dónde queríamos hablar en la escena.

Considero que lo que le da sentido a las artes escénicas, como el teatro o la danza, es la presencia y la capacidad de compartir de manera presencial con el otro. En el caso de la obra Tempus fugit, es una pieza que solo funciona ante la presencia del público porque además de compartir pensamientos e imágenes, también se experimentan sensaciones físicas.

¿Cómo surgirán los sonidos en escena?

Natalia Ángel, quien es la encargada de hacer la creación vocal, trabajó durante varios meses en una dinámica de laboratorio de entrenamiento vocal.

Los sonidos que ella crea son principalmente a través de la voz y a través del canto con una serie de dispositivos electrónicos, de aparatos. Lo que hace es que va grabando en tiempo real una capa de voz y después agrega otra capa, lo que se va complejizando con las capas que va agregando en vivo, incluyendo el sonidos de los objetos de las cosas, creando todo el paisaje sonoro de la obra.

La puesta en escena ofrecerá funciones todos los miércoles hasta el 24 de abril en el Teatro El milagro, Milán 24, colonia Juárez.

Imagen portada: Pili Pala | MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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