Por Obed Campos
La muestra clarísima de por qué no debe de haber herencias ni fingidas transiciones en el poder, en nuestro sistema de gobierno, la da el estado de Guerrero, en un gobierno local que se comporta como una satrapía más que como una administración pública.
O usted todavía cree que Evelyn Salgado Pineda gobierna sobre la voluntad de su padre, el impresentable pero príncipe tropical Félix Salgado Macedonio…
De Acapulco me tocó ver dos videos asquerosos de cómo unos delincuentes comunes imponen su ley entre choferes del transporte urbano, a quienes someten de la manera más indigna, a punta de cachetadas y golpes para meterlos a raya y que obedezcan.
Los videos, me dicen, los tomaron y distribuyeron los mismos agresores, para que sirvan de escarmiento y se sepa quién manda en el otrora paradisiaco puerto.
En tanto, al menos, Suay Kassandra Domínguez Pastrana y Enrique Linares Ríos, peritos de la Fiscalía General de la República (FGR) que se iban a ese estado fallido de Guerrero para participar en las investigaciones sobre el homicidio del normalista Yanqui Kothan Gómez Peralta, fueron localizados con vida tras ser desaparecidos por delincuentes.
En medio de disturbios de parte de supuestos estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, el policía acusado de la muerte de Yanqui Rothan quien se encontraba bajo arresto administrativo en la sede de la Universidad Policial del estado de Guerrero (Unipol), se hizo ojo de hormiga y nadie sabe y nadie supo, por lo que la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad del estado se aventaron la pelotita de las culpas.
¿Y la justicia apá? ¿Y el estado de derecho? ¿Y el orden civil? Términos que la dinastía Salgado ignora totalmente.
