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Julián Herbert habla de su nuevo libro

Tras su rehabilitación, la vida del escritor Julián Herbert (Acapulco, 1971) sufrió un cambió importante y en el proceso volvió a él una pregunta que lo perseguía desde siempre: ¿cómo funciona la mente de los escritores?

Durante 2019 y julio de 2020, el autor decidió emprender una serie de charlas sobre el oficio literario que incluían disertaciones teóricas, la pasión literaria, observaciones sobre el zen, la poética cognitiva y las relaciones entre creación y realidad; informa MILENIO.

Así nació Suerte de principiante (Gris tormenta), un libro que recopila 11 ensayos profundamente reveladores sobre el origen y los procesos de la escritura realizados por un narrador que sobrevivió a sí mismo.

¿Es un viaje por la mente de Julián?

Cuando empecé no estaba muy seguro de cuál era el objetivo, pero en realidad creo que lo es, ¡qué miedo! (risas) ¿verdad? Yo siempre estoy platicando de cosas de literatura y era juntar muchas ideas sueltas que hemos tenido Sylvia Georgina (su pareja) y yo, hacer una estructura y compartirla con la banda. Yo no tenía claro que se podía convertir en un libro y lo único que tenía desde el principio eran los 11 temas, la idea del libro fue de Jacobo Zanella, editor de Gris tormenta.

Es un libro muy personal, ¿lo hiciste durante la pandemia?

Nos agarró a la mitad, pero para mí el proceso fue distinto. El libro tiene que ver con un proceso personal de rehabilitación. Yo entré en rehab en 2018 y las charlas empezaron en 2019 y eran parte de ese proceso. Yo ya tenía la noción de estar un poco encerrado, en esa cosa de ermitaño, pero originalmente no lo planeé así, fue una coincidencia.

En el libro hablas de la resiliencia y de enfrentarse a la vulnerabilidad como ser humano, ¿te sucedió a ti?

Sí, en parte es eso, hay varias capas en el libro, la primera es la técnica literaria que yo trabajaba en el Seminario Amparán. La segunda fue este proceso personal de resiliencia, de conexión con uno mismo; empecé a hacer meditación, a estudiar zen, y fui incorporando todo al proyecto.

A veces se piensa que el escritor es como un ser iluminado. ¿Qué opinas?

Pienso que hay distintas actitudes. Hay escritores que se ven a sí mismos como un ser inspirado y otros que les cuesta muy poco trabajo escribir. Para mí es al revés, es mucho el taller y el trabajo cotidiano, y es de lo que tratan las charlas. En ese sentido, están enfocadas en las personas que escribimos y que nos ha costado mucho aprender el oficio, que para mí es como una artesanía. Yo me formé en el pensamiento de clase obrera, pienso mucho en esa visión fabril de las cosas, de que tienes que trabajar mucho.

¿Qué descubriste del oficio literario?

En esta época me obsesiona la relación entre lo oral y lo escrito, y cómo el lenguaje de la oralidad se conecta con la poesía pero también con la expresión depurada del lenguaje. Todas las charlas están en Youtube y luego las reescribí, aprendí que el proceso de reescritura me parece más gratificante y te obliga a ver cosas que pasé por alto de manera inconsciente. Otro de los aprendizajes es la paciencia, porque fue un proceso largo y trabajar en diferentes niveles: la oralidad, la lectura y el diálogo con las otras personas.

Entras en territorios profundos, como la mente.

Una de las cosas que me obsesiona es esta noción de la ciencia y de la poética cognitiva: entender la escritura literaria como parte de un proceso neurobiológico; no solamente como una experiencia artística sino como algo que participa lo mismo de la biología que de la sociedad, y para mí es muy interesante la multiplicidad de planos.

¿Es una guía para nuevos escritores?

Aspiraría a que sí, pero más que a enseñar, aspiro al contagio de la literatura. Yo no me veo a mí mismo como alguien que tiene autoridad, pero tengo una experiencia que compartir porque me he dedicado al oficio de escribir casi 35 años y en este proceso he aprendido un par de trucos. Espero que el libro pueda servir como guía y ayuda para escritores, pero más allá de eso, sí creo que yo tengo una pasión literaria genuina. El amor que le tengo a la literatura es muy grande, muy profundo y ha sido constante.

(((Una parte interesante de Suerte de principiante es que unió la teoría y reflexiones, la vida ruda del escritor Julián Herbert se revela y pone el pecho por delante)))

¿En qué momento decides mostrarte en el libro?

Algo que me gusta es que el libro tiene esta cosa como platicada, no es como la distancia del profe de la clase, es algo muy casual. Lo personal es una técnica que he usado casi desde el principio. Es un tono que yo descubrí a los 27 años, ese tono de ir y volver entre la tradición literaria y la experiencia autobiográfica.

A los 27 años escribí un poema que se llama justamente así, “Autorretrato a los 27”, y me di cuenta de que ese era el tono que a mí me funcionaba literariamente. Lo he usado en Canción de tumba o en La casa del dolor ajeno, y aquí me parecía interesante seguir con esa línea autobiográfica pero desde una perspectiva distinta, aunque sí hay anécdotas más personales. Por la clase de escritor que yo soy me es muy difícil quedarme afuera, por narcisismo si quieres, o también porque uno de algún modo se va volviendo tema de sí mismo en la medida que te relacionas con los procesos mentales o con el cuerpo. A mí me interesa la impersonalidad, pero la única vía es una especie de autocrítica.

¿La literatura te salvó?

Yo creo que sí, aunque no es mi intención principal. La verdad es que no es algo que en sí yo asuma como mi necesidad primaria dentro del objeto literario. Creo que la crisis es un estado en el que uno no tiene más remedio que observarse a distancia. Lo que me interesa de la crisis es la sombra que arrojas sobre las zonas oscuras de uno mismo. En esa medida creo que la literatura puede tener un efecto hasta cierto punto terapéutico, pero también creo que ese efecto terapéutico es lateral, digamos que es como una ganancia extra pero no es el objetivo.

Hay pocos libros como Suerte de principiante…

Efectivamente, para mí, hacer este libro fue como dialogar con esos libros que conozco y que me gustan, y a mí siempre me ha apasionado mucho ver cómo funciona la mente de los escritores y creo que hay un público que piensa un poco como yo al que le interesan este tipo de cosas.

DATO

Julián Herbert es un escritor polivalente. Su trayectoria abarca un amplio territorio conformado por actividades literarias como la edición, la traducción, la escritura y la colaboración crítica en diversos medios. Su obra, cosmopolita y provinciana, tradicional y errante, está integrada por títulos entre los que destacan los poemarios Kubla Khan y La parte quemada, el volumen de cuentos Cocaína. Manual de usuario y la novela autobiográfica Canción de tumba.

Imagen portada: Especial | MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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