Desde niño, Luis Moor prefirió expresarse con dibujos en lugar de palabras, sobre todo ante situaciones difíciles, por ejemplo: a los 5 años se enteró que un primo, «al que nunca conocí y se acababa de casar», murió en un accidente automovilístico, y le impresionó tanto la noticia que «la dibujé como una manera de catarsis«.
«Hacía infografías de mis propios problemas«, resume el artista plástico e ilustrador de MILENIO en entrevista con motivo de la exposición Durante la transición, que podrá visitarse gratuitamente en la Casa de Cultura Emilio Carballido (calle Mier y Pesado número 139, colonia Del Valle) hasta el 28 de junio.
Esta muestra colectiva reúne esculturas, pinturas, fotografías y grabados con el fin de, en la antesala del Mes del Orgullo LGBTQIA+, «profundizar sobre la diversidad que enriquece a la sociedad«, indica Gabriela Gorab, en el texto curatorial.
Luis Moor participa en la exposición con el grabado (Don) Catalino (y sus pedos de amor) en Flor, un recuerdo y un símbolo, pues al crearlo se inspiró en «el momento en que salí del clóset».
«Lo que hice para que la gente me aceptara, la sociedad heteronormada, fue adornar mi caparazón; que la gente me viera bonito, atractivo. Seguía sin aceptarme, trataba de camuflajearme como cualquier persona heterosexual. Entonces, no fue salir del closet, sino salir disfrazado», explica sobre la primera parte de la obra: un ser camuflado de catarina.
Afortunadamente, tras esta confrontación personal y social, llegó la aceptación y la plenitud, representada en la segunda parte del grabado: «La flor de atrás es un mándala que es el equilibrio, la paz interior que ya tengo porque vivo plenamente, disfrutando del ahora».
«Actualmente, soy libre, soy una persona feliz» agrega el artista originario de la Ciudad de México.
Ante la duda de qué busca impregnar en los espectadores de (Don) Catalino (y sus pedos de amor) en Flor, Moor responde que, en primer lugar, «apoyar a quienes viven esta situación», y, paulatinamente, «motivar a que sean ellos mismos, pésele a quien le pese, porque tarde o temprano en el vuelo se nos verá nuestra naturaleza».
El arte, un removedor de conciencias
Sabedor de que el amor es «aceptar a los demás sin ponerles etiquetas y sin dejar que se disfracen de otra cosa por tratar de agradarte», Luis reconoce que actualmente la comunidad LGBTQIA+ enfrenta «muchas divisiones por tanta etiqueta: que si eres bi, binario, no binario, queer… Me hago bolas».
Frente a estas escisiones, ve en el arte una solución: «Ayuda a comunicar y remover conciencias; definitivamente, creo que sirve para apoyar y promover ideas que ayuden a otros»,
«Yo tengo amigos de todo tipo, no estoy metido en un circulo específico ni soy activista ni nada, pero este tipo de invitaciones me permiten apoyar a la comunidad».
El ilustrador de MILENIO – y de otros proyectos que pueden consultarse en su página web, luismoor.com – cierra la entrevista confesando que, cuando trabaja en una obra, «hago como una catarsis para sacar o proyectar algo que me hizo sufrir mucho».
«Pero ya cuando la veo, digamos que ya estoy aliviado; expresé el dolor y luego lo veo como algo que me enriquece, es como mi forma de ser«, reflexiona.
‘Durante la transición’
La exposición, curada por Gabriela Gorab, se inauguró el pasado 17 de mayo y podrá verse hasta el 28 de junio en la Casa de Cultura Emilio Carballido,
ubicada en elnúmero 139 de la calle Mier y Pesado, en la colonia Del Valle Norte.
Además de Luis Moor, otros artistas que participan son Eko de la Garza, Delia González, Emilia Duclaud, Alejandro Glatt y Maren Carrasco.
Imagen portada: Octavio Hoyos | MILENIO