Por Félix Cortés Camarillo
Además de procurar junto con su esposa calor de hogar a un niño depositado en la institución Capullos un fin de semana, y de darle lija de agua para la foto a las orejas de las estatuas de la fuente de Neptuno en la Macroplaza de Monterrey, el gobernador de Nuevo León se ha dedicado a otras tareas de gran trascendencia. Ahí se encuentran la procura de agua para los habitantes del sufrido estado y la aprobación de una nueva Constitución para Nuevo León.
Las adhesiones a tan brillante idea han llovido con tal pertinencia que me puse a pensar cuántos de los que en ese sentido se han pronunciado, incluyendo los integrantes del poder legislativo estatal, conocen la constitución que se pretende derogar y tienen idea de lo que la nueva carta magna estatal contendría. Como yo mismo la desconozco, me acerqué al documento que firmó el 4 de enero de 1879 don Genaro Garza García, a la sazón gobernador del Estado: la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nuevo León de 1878. En su texto original, que por cierto merecería una restauración detallada porque está en deterioro notable, me encontré con asuntos harto interesantes, que aquí consigno para solaz y esparcimiento de quien leerlas quiera.
Es obvio que en el texto actualizado por las subsecuentes reformas se han modificado algunos de los detalles que siguen, de la misma forma que ciertos articulados se antojan mucho más sabios y serenos que los que actualmente nos rigen no solamente a los nuevoleoneses. También es lógico que el texto actual coincida con la Constitución General de la República: eso es ley. De todas maneras, van unas observaciones.
Llama la atención el artículo tercero del documento de 1878. Simplemente dice que la educación es libre y que algunas profesiones deberán tener cierta certificación para ser ejercidas. La constitución actual repite la mentira federal de que la educación -de la inicial a la superior- debe ser universal, inclusiva, pública, gratuita y laica. Como dice el de las mañaneras, se los dejo de tarea. El artículo séptimo original ya garantiza la libertad de expresión sin cortapisas desde entonces.
Según los constituyentes de Nuevo León, anticipándose más de un siglo a los juicios orales de hoy, los delitos de homicidio, hurto y robo deben ser vistos por un jurado integrado por vecinos honestos, residentes del distrito en que se haya cometido el delito. Dos rarezas más: el artículo 40 menciona entre las condiciones para poder votar la de saber leer y escribir; en el 41 queda claro que no pueden votar los miembros de la clerecía, los militares, sirvientes domésticos o rurales, y ebrios consuetudinarios. Se reformó oportunamente, especialmente en lo que a beodos se refiere.
Los artículos 103 y 111 son muy claros y sencillos en cuanto al fuero: los integrantes de los tres poderes serán sujetos a juicio por los delitos comunes que hayan cometido, y una votación mayoritaria del Congreso decidirá si se les somete a juicio o no; en las demandas de orden civil, dice el 111, “no hay fuero ni inmunidad para ningún funcionario público”. Nada de juicio político, componendas por debajo de la mesa u otras paparruchadas.
Debe haber otras peculiaridades dignas de mención, pero encontrarlas no es mi chamba. Se me ocurre solamente preguntar si no hay otras cosas más importantes que merezcan la atención del gobierno del Estado que hacer una Constitución nueva. La falta de agua, seguridad, comunicaciones de todo tipo y certeza jurídica, por dar algunos ejemplos.
También se me ocurre que antes de modificar la Constitución debieran leerla.
México es un país que tiene de las mejores leyes del mundo. El único pex es que no se cumplen.
PREGUNTA PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): con todo respeto, señor presidente: dicen los medios que el domingo en Michoacán sacaron a doce -o más- asistentes a un velorio, los formaron frente a la casa del muertito y los fusilaron. Usted dijo ayer, yo lo oí, que no tiene información todavía, que lo único que le dijeron fue del hallazgo de cartuchos percutidos, bolsas con restos humanos y manchas de sangre, pero que no hay cuerpos enteros. ¿No quedamos en que usted lo sabía todo?
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