Por Francisco Tijerina.
“No tienen el pastel y ya se lo andan repartiendo”
Yomero
Ocurre en Nuevo León, pero muy seguramente la escena se repite en muchos estados del país: Morena está más fragmentado que una bolsa de papitas aplastada.
Sustentados en el tsunami provocado por Andrés Manuel López Obrador en las urnas, pero sin estructura y menos liderazgos, con la fuerza del gobierno y la popularidad de AMLO, hoy todos se creen con el derecho de ser los dirigentes del partido y ya desde ahora, como lo está leyendo, se reparten candidaturas y puestos.
En la realidad hay grupos, grupitos y grupúsculos y la lucha interna no dista mucho a la que hoy se vive en el PRI o el PAN en donde se dan con todo por mantener el control.
Con una bancada en el Congreso dividida e irreconciliable, no son capaces de mantener unidad al momento de las decisiones o las votaciones y cada quien anda por la libre; pero a nivel partido el asunto es mucho peor porque todos quieren, todos dicen tener y se sienten con derechos.
A Morena le urge un liderazgo real que salga a las calles a trabajar, que ponga orden y apacigüe las aguas, si no quieren que el sueño les dure tan poco que no alcancen a darse cuenta de cuándo y cómo se cayeron de la cama.