Por Félix Cortés Camarillo.
Se te olvida,
que hasta puedo hacerte mal si me decido.
Álvaro Carrillo, La Mentira
No hay unanimidad sobre el momento y la circunstancia en que Goebels, ministro de propaganda de Hitler, habría pronunciado la famosa frase de que una mentira repetida suficientemente –algunos dicen cien veces– acaba por ser creída. Hay quienes atribuyen unas palabras de introducción en la que diría que los judíos saben bien que una mentira repetida acaba por convertirse en verdad; esto en alusión a la república de Weimar, que los nazis atribuyeron a la judería internacional.
Sea como fuere, la propaganda del presidente López –de la que él es autor único y protagonista cotidiano– suele repetirnos la frase, aludiendo a los críticos del jefe del Ejecutivo, en afán de desprestigiarlos y anular sus aseveraciones, ciertas o no.
Lo cierto es, y existen estudiosos de la informática y la estadística que han dedicado esfuerzos a documentar cuántas de las aseveraciones en la conferencia mañanera del presidente son inexactas, indocumentadas, desviadas, mal informadas o definitivamente mentiras. La gran desventaja de los que mienten, me enseñó un profesor de lógica en Secundaria, es que luego se les olvida la mentira que dijeron y no aciertan a repetirla igual.
Los que dedicamos un promedio de ochenta minutos de lunes a viernes a seguir la perorata, hemos oído una y otra vez aseveraciones rotundas: vamos muy bien, la economía está sensacional, el peso está firme gracias a nosotros y no por la devaluación del dólar en los mercados mundiales, yo tengo otros datos; la corrupción es cero, las pensiones a los viejitos ya se están entregando a un 90 por ciento de los beneficiarios, nuestros adversarios quieren que le vaya mal a México, la impunidad ya no existe, nosotros los de ahora ya no somos los de antes, ¿qué hicieron durante 25 años los neoliberales? Nos dejaron un cochinero. Todo tiempo pasado no solamente fue peor, fue asesino: lo puedo probar.
Me canso ganso.
PILÓN.- Ya quedaron definidos los protagonistas de la liga de campeones de la UEFA, fiesta grande del futbol europeo, que ya tiene rato de ser el mejor del mundo. Y después de semifinales bellísimas, espectaculares y cardíacas, la final será inglesa en terreno español. El primero de junio, en Madrid, van a enfrentarse el Totenham Hotspurs y el Liverpool para sorpresa de aquellos que imaginaron una final con al menos un equipo de España. La ausencia del Barcelona es particularmente aleccionadora: con ventaja de tres goles del partido de ida y con la figura indudable de Messi perdieron por el global de 4 a 3. ¿Habrán escuchado el mensaje los que manejan el futbol en Monterrey? El Tigres ha centrado todas sus esperanzas de éxito en los zapatos de Guignac, jugador de excepción, como el Barcelona depende de la genialidad de Messi; ahí está el error. El Liverpool jugó como equipo y Mesi no tuvo suerte. Tigres perdió por depender de un solo jugador. Tal vez la final madrileña no resulte tan espectacular como las semifinales que vimos esta semana, pero será un futbol de equipo, que a veces se nos olvida que es la base del deporte.