En Palacio Nacional lo bautizaron como “El Porfirito”, pero él se defiende. Edmundo Jacobo volvió a la silla de la Secretaría Ejecutiva del INE que ha ocupado por 14 años, tras haber logrado el primer revés legal al Plan B de la reforma electoral que ordenó su despido inmediato; publica MILENIO.
Estuvo sin empleo 11 días y volvió para quedarse hasta el 2026, periodo por el que fue electo constitucionalmente. Y aunque estaba seguro de su restitución, reconoce que la nueva presidencia e integración del Consejo General pueden someter a votación su cargo y entonces sí, removerlo si así lo deciden.
Se dice contento no porque le devolvieron el empleo, “sino porque la Constitución prevalece”. Advierte que no le preocupan los apodos que le propine el presidente Andrés Manuel López Obrador, pide un debate de altura, más allá de los apodos chistosos y los insultos, y presume estar más preparado que nunca para encabezar la batalla jurídica contra esta reforma que reitera, es inconstitucional.
Dicen en las mañaneras que volvió al INE “El Porfirito”
Dicen muchas cosas. Yo he insistido: creo que el presidente está mal enterado. Hubiera sido para mí un honor haber trabajado con el doctor José Woldenberg en aquel IFE de la transición, pero no, yo llegué al Instituto Federal Electoral a invitación del doctor Leonardo Valdés, el 5 de junio de 2008. Y mi mandato podrá ir sólo hasta el 2026, ni un año más, ni un mes más, ni un día más porque la norma es muy clara.
¿Qué dice de esta polarización hacia su figura?
En primer lugar, quisiera que el nivel de debate fuera otro y no con epítetos que pueden sonar muy simpáticos. No pretendo entrar en un debate de esa naturaleza, he tratado de hacer mi trabajo de la mejor manera posible y agradecería mucho que mi trayectoria, que mi trabajo sea juzgado por los resultados, lo demás puede ser simpático pero no abona a la deliberación que este país y la ciudadanía merecemos ante lo que está sucediendo y a lo que viene.
¿Cómo lo recibieron en su regreso?
La verdad, muy contento, ¿Por qué no decirlo? No solamente porque yo haya podido regresar a esta oficina, es lo de menos, sino porque la Constitución y la ley se hicieron prevalecer.
Y también muy claro de que aquí apenas empezamos, es un largo periplo que nos va a llevar hasta que la Corte resuelva. En esto no se vale relajarse, no se vale confiarse, en esto hay que trabajar todos los días con convicción, porque esto es una causa, es la causa de la democracia.
Volví hoy, ya con la resolución notificada, aunque sabíamos el sentido del colegiado el jueves y de la jueza el viernes, por prudencia jurídica, política, que eso hay que cuidar todas las formas, por respeto a la ley y a las instancias decidimos esperar.
¿Cómo fue esta semana fuera del INE?
Lo primero que hago, siendo consistente con mi trayectoria y con mi trabajo en esta institución, es clamar por que se respete el Estado de Derecho en nuestro país.
Es a lo que me avoqué en estos días, y a seguir desde lejos los trabajos de la institución porque yo sabía que iba a regresar pronto. Y uno no puede despegarse de esta posición tan compleja y tiene uno que estar enterado para que no hubiera ninguna dilación en el momento en el que yo regresara al cargo.
Falta la resolución del Tribunal Electoral que ya generó rispidez.
Yo sólo interpuse estos dos recursos para que se me restituyera en el cargo como ha sucedido, lo hice como ciudadano. Conocí por medio de MILENIO la propuesta de la magistrada Otálora y espero que confirme y sea consistente con lo que en materia administrativa se me otorgó, son dos instancias del Poder Judicial, con responsabilidades y alcances distintos, pero hay en este caso, algo que se relaciona entre las dos instancias y espero que ellos también me den la razón por los derechos civiles que he interpuesto.
Ahora que regresa ¿cómo se retoma la defensa del INE?
Claro, el 25 de enero, por unanimidad se instruyó a la Secretaría Ejecutiva para que interpusiera, así se dice, todos los recursos legales al alcance para controvertir lo que muchos de los miembros del Consejo denominaron la inconstitucionalidad del Plan B.
Y se llama Plan B porque hubo un Plan A que buscaba reformar la Constitución y no se logró porque no obtuvo la mayoría que se requería en el Congreso, para hacer una reforma de ese alcance, después vino un Plan B que por la vía legal, de una manera un poco disfrazada buscaba volver al Plan A y eso es lo que estamos contraviniendo, cada vez que estudiamos y estudiamos con mucho cuidado todas las propuestas asociadas al Plan B, encontramos una serie de contradicciones contra la Carta Magna.
En medio de la batalla jurídica, también le va a tocar despedir y dar la bienvenida a las nuevas consejerías.
Yo espero que sea tomando en consideración el perfil que se requiere, que quien llegue aquí no sólo debe conocer la materia electoral, tiene que hacer honor al cuidado de la autonomía y la independencia de esta institución, eso es clave. Parecerían frases sueltas, no, no, no, aquí hay que tomarse en serio. Eso hay que hacerlo valer, se dice fácil, pero hay que vivir aquí las largas deliberaciones, discusiones y en ocasiones sí, las presiones.
Las instituciones son fuertes pero las personas que toman las decisiones en las instituciones tienen que honrar esa trayectoria y cuidarlo.
La nueva presidencia y a la nueva integración del Consejo sí podría evaluar su permanencia.
Sí, y ellos y ellas tendrán que juzgar mi trayectoria, son quienes sí tienen facultad para evaluar. Claro que pueden evaluar mi permanencia y acataré tal cual, eso sí es constitucional.
Aquí nunca descansamos y estamos listos para lo que viene, esta institución no para y está lista para trabajar en las más difíciles decisiones.
¿Qué le dice a la ciudadanía ante todas estas críticas y quienes han tomado el apodo de Porfirito?
No, no lo soy, creo que hay que decirle a la gente por encima de eso, la verdad, lo digo con claridad. La política se entiende como el espacio donde se resuelven las diferencias de una manera civilizada, no con insultos. Yo no voy a caer en ese juego.
Tengo muchos años en esto, me han nombrado de muchas maneras y yo espero que sea mi trabajo y mi trayectoria lo que me juzgue y merezca la opinión calificada de quienes quieran emitirla, los apodos van, los apodos vienen.
Imagen portada: Jannet López Ponce | MILENIO