Por lo menos un 92 por ciento de la población mundial respira aire de mala calidad, sin que Nuevo León sea la excepción.
Félix Arratia, secretario de Medio Ambiente en el Estado, indicó que la Organización Mundial de la Salud estima que casi la mayoría de las personas se encuentran en esta condición.
La problemática, dijo, no es exclusiva de Monterrey y su área metropolitana, pues afecta a todas las grandes ciudades del mundo.
«La contaminación atmosférica consiste principalmente en la presencia de materia o de formas de energía en el aire, que en altas concentraciones generan diversos problemas, sobre todo en materia de salud», refirió.
«Las partículas que más afectan la salud son las PM 10 y PM 2.5, que generan las emisiones de fábricas, la Refinería de Pemex, las pedreras, los incendios forestales y el parque vehicular.
«El desafío es tan grande que le tenemos que entrar todas y todos, gobiernos, ciudadanía, y empresas…la Organización Mundial de la Salud estima que el 92 por ciento de la población respira aire de mala calidad», puntualizó.
El funcionario estatal aseveró que la mayoría de las ciudades superan las nomás ambientales, incluyendo las metrópolis de México.
Malestares respiratorios, y enfermedades cardio-vasculares, son tan solo algunas afecciones a la salud que ocasionan los altos niveles de contaminación.
En 2020, expuso, diversas ciudades registraron muy mala calidad del aire, como Gómez Palacios, Durango, Mexicali, o del Valle de Toluca, muy por encima de lo que se respira el área metropolitana de Monterrey.
Explicó que en Nuevo León se tienen características particulares que propician una mayor contaminación del aire, tales como su ubicación geográfica, pues se sitúa en una zona semidesértica, polvosa, y rodeada de montañas, que evitan que los contaminantes se dispersen en el viento.
Otro factor es la dirección predominante de los vientos, de oriente a poniente, que provoca que zonas muy focalizadas como Monterrey, Santa Catarina y San Pedro tengan una acumulación de contaminantes en mayor cantidad.
Además de que en los meses frios la contaminación se estanca; mientras que en los meses calurosos aumenta el riesgo de incendios forestales.
Un último indicador es el crecimiento urbano desordenado del área metropolitana, pues a lo largo de los últimos 40 años la mancha urbana aumentó en un 279 por ciento entre 1990 y 2020.
«A mayor número de personas, más casas, más fábricas, y más autos; más contaminación, pero además si le agregamos que por ese crecimiento desordenado hay menos árboles, menos naturaleza y menos espacios verdes, pues la calidad del aire se deteriora de una forma muy importante».
Estas condiciones, insistió, incrementan la acumulación de contaminantes en la zona metropolitana de Monterrey.
Alfonso Martínez, Subsecretario de Medio Ambiente, precisó que el área metropolitana de Monterrey cuenta con 15 estaciones de monitoreo que detectan la concentración de seis contaminantes criterio.
Se trata de las partículas PM10, las más pequeñas; partículas PM 2.5, las más peligrosas; dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, monóxido de carbono y el ozono.
«Son partículas tan pequeñas que son menores al corte de un cabello, que pueden volar en el aire por mucho tiempo, penetran las vías respiratorias llegan a los pulmones y pasan al torrente sanguíneo».
Según el inventario realizado por la Secretaria de Medio Ambiente, la mayor emisión de partículas proviene de la industria.
Detalló que la actividad industrial es responsable del 52 por ciento de las emisiones PM10; 60 por ciento de las PM2.5; 95 por ciento de dióxido de azufre; 45 por ciento de las de óxido de nitrógeno; y 19 por ciento de compuestos orgánicos volátiles.
Entre el 76 y 99 por ciento de los contaminantes industriales de Nuevo León provienen de industrias de competencia federal.
Un 52 por ciento de las emisiones de PM10 son competencia federal; PM 2.5 60 por ciento: 95 por ciento dióxido de azufre; 45 por ciento óxido de nitrógeno; y la mitad de los compuestos orgánicos volátiles.
Los vehículos emiten 21 por ciento de las PM10; 16 por ciento PM2.5; 2 por ciento óxidos de azufre; 46 por ciento de los óxidos de nitrógeno; y 26 por ciento de los compuestos orgánicos volátiles.
«Tanto los óxidos de nitrógeno como el monóxido de carbono que lo emiten los vehículos en 86 por ciento, son precursores de partículas 2.5; de tal manera que lo que finalmente respiramos nosotros, aproximadamente un 48 por ciento proviene del parque vehicular, tanto transporte de carga como transporte privado o transporte personal»
Sin embargo, explicó, también son muy importantes las fuentes de área como caminos, combustión doméstica, uso de carbón, construcción, labranza, comercio, pues generan el 28 por ciento de las partículas PM10; y 23 por ciento de PM2.5
Tan solo en 2022 se tuvieron 200 días con mala calidad del aire, donde la mayoría se debieron a las partículas PM10, a las que se van a enfocar.
«Se necesita también colaboración de autoridades federales, como la Secretaría de Energía, Comisión Nacional de Hidrocarburos, Comisión Reguladora de Energía, Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Semarnat, Secretaría de Salud, municipios».
«Todos estos organismos requerimos trabajar conjuntamente y desde el estado no solamente formulando esta invitación, y los convenios correspondientes para lograrlo», agregó el funcionario estatal.