Por Obed Campos
La visita a Nuevo León de Esthela Damián Peralta el jueves pasado (mañana hará ocho días) dio una sentada de válvulas y una calibrada a la maquinaria de Morena en la entidad, la cual, francamente, andaba destartalada en muchos puntos.
No hay que olvidar dos cosas sobre Damián Peralta:
1.- Esta es una mujer de una sola pieza quien nunca ha dudado en poner el dedo en la llaga sobre lo que ella ha bautizado como “pseudo izquierda”, es decir, los famosos rabanitos.
2.- Es de las personas más cercanas a Claudia Sheinbaum.
Pero el caso es que Esthela Damián Peralta vino a ver como andaban por estos lares los asuntos de la Defensa de la Cuarta Transformación, capítulo Nuevo León y, a fuerza de mando, a meter orden, sobre todo en algunos líos de faldas que nunca faltan.
Por si a usted le interesa, le digo que la dama repartió y bien las tareas y cada chango a su mecate.
De la promoción del voto dejó a cargo a Grecia Benavides.
De la defensa del voto delegó a Viridiana Lorelei Hernández Rivera.
Y anote usted bien, por favor, porque el Delegado Político se llama Rogelio Hernández Cázares, a quien todo mundo reconoce no solamente como “muy cercano” a AMLO, sino como el “operador más efectivo con que cuenta la 4T acá en el norte del país”.
Por si le sirve de algo el dato, Hernández Cázares es economista, egresado del Tec de Monterrey.
Me dicen que hay que anotar que Nuevo León, en el ranking morenista estaba en el lugar 27, pero desde que Rogelio y su gente tomaron el timón quedó en el lugar 7.
Hablando de su gente, Luis Morales Valles destaca como el segundo de a bordo de Rogelio y es hombre de todas sus confianzas, además de que le sabe al tema de aceitar la maquinaria electoral.
Lo menos que se comenta es que es un sujeto estricto y disciplinado en los temas administrativos y territoriales, y ponen Coahuila, como ejemplo, cuando en las pasadas elecciones le pusieron como meta que reuniera 300 mil votos… Y logró 620 mil.
Por las artes de Rogelio Morena ganó todos los diputados y una senaduría, lo cual no es poca cosa, y nos va mostrando de qué lado masca la iguana electoral del esperado año que viene.
EN SAN PEDRO, OSOS; EN CADEREYTA, ¡MARRANOS!
La muestra de que el panista Cosme Julián Leal Cantú es un “pájaro de grandes posaderas”, por no llamarlo de otra forma, aunque él se cree el ingeniero político, ocurrió en una congestionada calle Pino Suárez entre Juárez e Hidalgo, en pleno centro de Cadereyta, Nuevo León, su municipio.
Leal Cantú anda con todo el ¡fua! buscando extender sus supuestos ten-tá-cu-los hasta el vecino municipio de Allende, Nuevo León, con el impresentable diputado Eduardo Leal Buenfil, quien por cierto, para taparle el ojo al macho rentó una casita de medio pelo en un barrio popular de Allende, para demostrar que ahí reside y que no hay qué lo detenga para ir por la alcaldía porque ya le dieron su credencial de elector.
Pero el caso es que Cosme Julián anda tan ocupado en la grilla que no ve los problemas de su municipio y así, mientras en San Pedro y en el sur de Monterrey de vez en cuando se aparece un oso, en Cadereyta se apareció un marrano, sí, un cerdo de unos 80 kilos hurgando en la basura, precisamente entre el tráfico de Pino Suárez entre Juárez e Hidalgo, en pleno centro y a plena luz del día.
El evento fue videograbado, para que no digan que andamos con invenciones.