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El problema de los 3 cuerpos. Salvar o no a la humanidad

La historia de las novelas, la primera ganadora del más grande galardón a la ciencia ficción: el Hugo, ha sido una travesía en sí. Desde su publicación en 2008, traducción y adaptación al inglés en 2013, muchos de los amantes de la ciencia ficción se han perdido dentro de los planteamientos científicos, políticos, históricos, morales y religiosos que plantea el libro. Si bien ya existe una serie hecha en china, Netflix consiguió los derechos e hizo una adaptación admirable (lo dice el mismo autor) con la que las diferentes culturas del mundo compartan la historia; publicó MILENIO.

Siendo que incluso una sinopsis mal hecha podría arruinar los descubrimientos que encontrarán en los ocho capítulos de (lo que esperamos sea apenas) la primera temporada de El problema de los 3 cuerpos, diremos solo esto: en la China revolucionaria donde la ciencia es castigada si no va de acuerdo con los paradigmas ideológicos de la era, Ye Wenjie, una joven y brillante científica toma una decisión que pone a la tierra en la mira de otra civilización. Dando un brinco a tiempos actuales, la intriga comienza con las más grandes mentes de la ciencia suicidándose.

Ahí es donde nos encontramos a los llamados Oxford Five, interpretados por Jess Hong (Jin Cheng), John Bradley (Jack Rooney) y Alex Sharp (Will Downing) Jovan Adepo (Saul Durand) y Eiza González (Auggie Salazar), todos grandes mentes científicas, amigos y participantes involuntarios en una guerra por la subsistencia de la humanidad.

MILENIO platicó con ellos respecto a sus personajes y su sentir de trabajar en una serie de tal magnitud.

“Es cierto que tengo muchas cosas en común con Auggie —admitió Eiza González—. Aunque otras que no tanto. Una de las más grandes experiencias en la actuación es aprender a acercarte a tus personajes sin juzgarlos; cuando era más joven me acercaba a ellos con mucho entusiasmo, demasiada fuerza, diciendo: este es el compás moral de mi personaje, y cuando tenía alguno me provocaba demasiadas emociones encontradas. Creo que eso tiene mucho que ver con la forma en la que fuimos educados en nuestro modo latino. La religión es algo que se nos impone mucho, especialmente como mujer en América Latina, hay demasiadas expectativas y tienes que ser perfecta. Así que en lo que iba aprendiendo a desenredarme de esa mentalidad fue ayudándome muchísimo como actriz. Ahora me acerco a los personajes sin juicio; no quiere decir que esté de acuerdo con ellos, pero puedo darle mucho a mi personaje en el momento. Aprendí mucho de Auggie; es una mujer dinámica, multifacética, compleja más que fuerte. Toda una mujer de este siglo”.

Jovan Adepo, cuyo rol se va revelando con más importancia al transcurrir los capítulos, añadió: 

“Tocamos muchos temas, y eso es lo que es muy emocionante para quien vea la serie. Los productores hicieron un gran esfuerzo para asegurarse que tuviéramos un elenco que fuera verdaderamente diverso, los Oxford Five, todos (jóvenes científicos) venimos de distintos lugares en la vida igual que los demás. Porque si esto llegara a ocurrir sería un evento global, si otra existencia nos tratara como bichos todos estaríamos metidos en lo mismo. Así que es muy refrescante tocar base con todas las culturas en un evento”.

Eiza también reflexionó sobre las complejidades de la serie, las visitas virtuales que algunos personajes hacen a otras civilizaciones y la perspectiva que eso da a los personajes y, esperan, al público.

“Es verdad, no lo sabríamos si esto estuviera pasando en la vida real, hay muchas agendas políticas en acción al mismo tiempo y cosas que pasan detrás de puertas cerradas. ¿Cuándo habrá pasado histórica y culturalmente de lo que ni nos hemos enterado tampoco? Nos enseñan cosas como el Imperio Romano, esto, lo otro, pero no nos adentramos en la ciencia con esos momentos específicos de la historia en mente. Y solo cuando interactuamos con gente que tiene esos intereses nos brinca el hecho de que la ciencia ha estado presente en toda la historia. Imagínate en la revolución china. Pero lo pensamos como algo que solo es prevalente en la modernidad y eso no es lo correcto. Me encanta que la serie hable de todos esos temas, y que a la vez sea un thriller de esta magnitud y que tenga este ambiente de intriga donde te preguntas: ¿qué podría acabar pasando?”

El videojuego del futuro y del ayer

Uno de los grandes atractivos, tanto de la novela como de la serie, es la misteriosa “invitación a jugar” el juego de realidad virtual de 3 Body Problem, uno tan intenso que de inmediato suena prudente preguntarle a los actores si le entrarían.

Jess Hong (Jin Cheng) respondió de inmediato: 

“Yo sí lo haría. Jugué un videojuego de realidad virtual, solo dos veces, en el que te pones un casco que simula el movimiento de las manos. Pero no tenemos la tecnología aún para que todos nuestros sentidos estén conectados, de cualquier modo pensé: aunque sea una vez”.

Por su parte John Bradley (Jack Rooney), a quien el público le tiene un cariño muy especial por su personaje de Samwell Tarly en Game of Thrones, comentó: 

“Siempre y cuando pudiera mantener al menos un pie plantado en la realidad yo sí lo probaría. Estos días la línea entre lo que es real y lo que no se ha desvanecido tanto que me preocupa que me guste demasiado, o que me seduzca a tal nivel que ya no pueda conectar con el mundo real. Creo que podría cambiar como persona, pero estoy muy contento con la persona y la realidad en la que estoy”.

Ante esto, Alex Sharp (Will Downing) le preguntó con una carcajada a John: 

“Y si sí fueras a hacerlo, ¿también comerías tierra?” (La respuesta fue sí).

Fue también Alex, y quizá al ver la serie sabrán porque él fue elegido para responder ¿pero qué demonios es la realidad al final de todo?: 

“Creo que una de las cosas que más temor provoca sobre la serie no es la amenaza existencial que viene en camino, sino que las misma reglas de la física, que son en lo que basamos nuestro sentido de realidad en sí, comienzan a alterarse. ¿Qué querría decir eso? Que si la misma materia con la que comprendemos quiénes somos se deshiciera; no me imagino nada más aterrador”. 

La decisión que provoca todo

Zine Tseng (Ye Wenjie joven) explica lo que hace su personaje en los 60: 

“Todos están muy emocionados con la decisión de apretar ese botón. La historia parte de esas decisiones; Ye Wenjie es poderosa, un ser humano fuerte que tiene que tomar riesgos. Yo pensé ‘ella quiere hacer un cambio. Y no hay otra forma de hacer un cambio en ese momento”, ante lo que la maravillosa Rosalind Chao (Ye Wenjie adulto).

Imagen portada: Especial | MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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