En los tiempos de la Revolución Mexicana, la historia de amor entre Tita y Pedro tomó forma gracias al imaginario de Laura Esquivel, la autora de Como agua para chocolate; 35 años a la distancia, HBO retoma esta historia para producirla en formato de serie y en colaboración con Salma Hayek Pinault, a fin de acercarla a una nueva generación de espectadores; publica MILENIO.
MILENIO tuvo acceso al set, ubicado en una hacienda de Tlaxcala, donde Jorge Tijerina (jefe de Desarrollo de contenido de ficción de Warner Bros. Discovery México y Colombia) y Anouk Aaron (head de Producción de contenidos de entretenimiento general para Warner Bros. Discovery en Latam & USH) hablaron sobre la serie que llegará a la pantalla de Max este año.
“Este libro habla de un momento muy específico de la historia mexicana, está ubicado en la Revolución; vemos la problemática de ese entonces tenía que ver con desigualdad social y temas políticos, pero también con temas sociales y otros relacionados con la mujer; la protagonista es una mujer joven que vive en un contexto de opresión”, dijo Jorge Tijerina.
“Tita vive bajo el manto de su familia y su madre es una mujer opresora; así que, hay una necesidad de buscar la libertad, a través del personaje masculino (Pedro) y de lo que significa para Tita la cocina, porque la comida es un componente fundamental de la historia; todo este contexto lo tenemos muy presente gracias a la novela”, agregó Jorge.
La novela coloca al lector en un contexto hostil y deja ver los desafíos que enfrenta su protagonista, que son un reflejo de la lucha actual de las mujeres: la libertad y el control de sus vidas, “la historia se ubica en la Revolución, pero habla también de otro tipo de lucha, la de las mujeres lidiando por controlar su propio destino”, explicó Salma Hayek.
La adaptación pondrá énfasis en esas necesidades de las mujeres, porque “creemos que hay que resignificar la historia, traerla a la actualidad y ponerle condimentos nuevos. Hoy no podemos concebir a una madre que te diga “no te puedes casar”, pero sí hay otras problemáticas y eso nos permite generar nuevas conversaciones”, comentó Anouk Aaron.
Múltiples adaptaciones
Como agua para chocolate nació de la pluma de Laura Esquivel a finales de los años 80, y su éxito fue tal que la historia se tradujo a más de 30 idiomas; en 1992 llegó a la pantalla grande bajo la dirección del cineasta Alfonso Arau, y logró una recaudación de más de 20 millones de dólares, con Lumi Cavazos en el papel de Tita y Marco Leonardi como Pedro.
Pero esta historia no se quedó solo en los cines; hace unos años, el coreógrafo Christopher Wheeldon, ganador de dos Premios Tony, adquirió los derechos de Como agua para chocolate para montarla en una versión de Ballet, y la llevó a varios escenarios internacionales, incluido el del Metropolitan Opera House de Nueva York, donde también se convirtió en un éxito.
La historia
En el caso de esta serie, la adaptación estuvo a cargo de Curro Royo, “es un escritor con experiencia en España y en México; se acompaña de Jimena Gallardo, una escritora mexicana muy reconocida. Ambos tuvieron la tarea de estructurar una historia que se había contado bien en cine, pero que implicaba más para una serie”, comentó Jorge Tijerina.
“El reto fue encontrar la forma correcta para extender el material original, saber en qué parte de la historia podíamos profundizar para darle algo más a la audiencia, algo que no estuviera en el libro; ellos cruzaron ese reto, fue un proceso largo: cada capítulo se delineó para mantener a la audiencia enganchada, con profundo respeto al material original”, agregó.
Como agua para chocolate narra la historia de un amor imposible entre Tita y Pedro; ella está destinada a la soltería para cuidar hasta el fin de sus días a Elena, su madre, quien, movida por las costumbres reprime todas los deseos de Tita, incluido el de casarse con Pedro, “al final de cuentas es una historia de amor, vista desde los ojos de una mujer”, dijo Jorge.
“Respetamos mucho la relación central y la antagónica que tiene Tita con Mamá Elena, porque es un obstáculo para la realización personal de Tita y va más allá; la obstaculiza hasta de ser mujer, la obliga a quedarse en casa a cuidarla; y eso, por más que nos parezca caduco hoy en día, es algo que sigue pasando en algunos lugares del mundo”, explicó Jorge.
Tita es criada por Nacha, la cocinera de la casa, por lo que la comida se convierte en un personaje central de la historia.
“La protagonista está en su punto de ebullición, hirviendo, como debe estar el agua para hacer el chocolate; hervía de rabia y estaba enojada por tener que cuidar a su madre”, explicó en su momento la autora.
Su pasión por la cocina la hace sobrellevar la vida y es ahí donde surge el realismo mágico, “hay secuencias maravillosas en el libro que verán en la serie, por ejemplo, el momento en el que Gertrudis come un platillo de Tita y se fuga con su enamorado, vemos el erotismo. La comida no solo es algo decorativo, juega un papel importante en la historia”, dijo Jorge.
De acuerdo con Tijerina, la serie ampliará la historia de varios personajes, pero en particular el de Mamá Elena: “En el libro se menciona, pero en la serie extienden sus motivaciones, no es una villana de cartón, es una mujer con una problemática que viene de su vida pasada, que la vuelve quién es”, dijo el ejecutivo, sobre el personaje que está en manos de Irene Azuela.
Superan pandemia y huelga
La serie comenzó su rodaje en septiembre del año pasado y se extendió durante nueve semanas, con locaciones ubicadas en Ciudad de México y en algunas haciendas de Tlaxcala, donde se dieron cita unas mil 200 personas; “estas haciendas que se sostienen desde esa época, no las encuentras en cualquier lugar”, explicó Anouk Aaron.
“Contar con locaciones como estas nos potencia, hace que las historias se sientan más reales. Hoy estamos en el set, pero esta serie ya era parte de nuestros proyectos en 2020, logramos ir más allá de la pandemia y de la huelga, agradecemos a Laura Esquivel que confió en nosotros para poner en nuestras manos una de sus obras más preciadas”, agregó la ejecutiva.
Y además
Salir de la IADe hecho, Como agua para chocolate es de las producciones que rescata la manufactura tradicional, haciendo frente a un mundo audiovisual que pondera la Inteligencia Artificial y las nuevas tecnologías.“El mundo va a otros caminos, pero siempre se puede abrir la ventana para las historias que nos permiten salir de la parafernalia de la IA —comentó Anouk—. No debemos olvidar el trabajo del ser humano, las tradiciones, los escritores, los libretos, los directores, los actores, todo lo que contamos, esa es la apuesta; la gran masa va a un lado, estamos contando historias que no nos permiten olvidar de dónde veníamos, esas historias humanas y el talento de todas las personas que se involucran en una serie”, agregó.
Imagen portada: Especial | MILENIO