Rafael Catana (Veracruz, 1955) tiene fresco el recuerdo del día que varios ‘rupestres’ se tomaron una fotografía que se volvió efigie del movimiento: en noviembre de 1984, los músicos acudieron a la Galería Metropolitana de la UAM para ver a Escalón, banda conformada por Jaramar Soto, Alfredo Sánchez y Carlos SG. “Había que ir a verlos porque venían de Guadalajara y eran la vanguardia del canto nuevo”; publica MILENIO.
“En ese momento llegó Jorge Pantoja y llevó a la fotógrafa Virginia Rodríguez”, cuenta el responsable de los discos La rabia de los locos (2001) y Ruido en el corazón (2022) en entrevista con MILENIO. Entonces, la experta del lento hizo un ‘disparo’ que inmortalizó a Nina Galindo, Eblén Macari, Roberto Ponce, Roberto González, Fausto Arrellín, Rodrigo González y Catana.
A 40 años de ese suceso, y con el objetivo de “no perder la memoria de este Movimiento, que son un conjunto de individualidades”, este sábado el Multiforo Alicia, en su nueva sede de Santa María la Ribera, celebra a la icónica imagen con un concierto donde, además de Rafael, participan Nina Galindo, Jorge García, Daniel Rivadeneyra, Fausto Arrellín, Mario Chánez, Gerardo Enciso, Carlos Arellano, Julia González, Eblen Macari y Rudo Gómez.
“Ya no existe como movimiento, pero nos juntamos para solidarizarnos con muchas cosas que suceden en el país, por ejemplo: si hay un plantón de desaparecidos ahí estamos nosotros. Pero también tenemos un trabajo profesional: estamos en diferentes festivales culturales, aunque no formamos parte del rock corporativo, porque nunca hemos estado en la radio, siempre lo hemos hecho de manera independiente, recorriendo el país con la guitarra”, resalta Catana, quien llegó al Movimiento tras «rolar por la ciudad» con Jaime López «tratando de hacer una canción que tuviera que ver con el folk rock, con las historias que nos pasan en México».
¿Cómo se formó el Movimiento Rupestre?
Se formó ante la sequía que había en esa época de los espacios para rock y que no cabíamos en ningún lado; no cabíamos en el circuito de rock duro o de los hoyos funky, o en el circuito del canto nuevo que nos veía así como feito porque tratábamos otros temas. Aunque el colectivo ya no existe como tal, somos un conjunto de amigos que nos queremos mucho y hemos estado todos estos años, y de vez en cuando nos juntamos para hacer cosas. Entonces, es un trabajo individual, pero también es un trabajo colectivo. En esa época había una necesidad de identidad, entonces una de las cosas que nos juntó fue tener una identidad como parte de un país y una ciudad.
¿Y cómo explicas la trascendencia actual del movimiento, nacido en los años 80?
Tiene que ver con la obra que hay de este conjunto de especímenes exóticos que hace folk rock, que hacen una especie de canción urbana, que hacen un conjunto de canciones que tienen que ver con la realidad. En ese sentido, hay una trascendencia porque tenemos raíces: El Pájaro Alberto, Guadalupe Trigo, León Chávez Teixeiro, entre otros que empezaron a decir cosas de diferentes formas. Ese conjunto de artistas han conservado su identidad y su individualidad.
¿Qué valores o visiones fueron las que hermanaron a todos los que conforman el Movimiento?
Primero, lo colectivo ante el capitalismo salvaje que de pronto te borra. También, un sentido de poder estar presentes en un movimiento musical que es el rock; nos guste o no, el Movimiento Rupestre es un movimiento rocanrolero que tiene una tradición del folk rock. De pronto Robert Allen Zimmerman (Bob Dylan) te tira un rollo, también los corridos de la música mexicana y esta herencia de artista que en los 70 tenían una idea.
El evento en la nueva sede del Multiforo Alicia, ¿qué representa para los rupestres?
El Foro Alicia nos ha cobijado, a mí me ha cobijado, y reinaugurarlo es un abrazo del cielo, una bendición, porque forma parte de la contracultura, forma parte de esa visión que no tiene que ver con lo corporativo. Sucede creemos en ser profesionales desde la independencia y lo interesante es que Ignacio Pineda apostó todo y nos invita a inaugurar este maravilloso espacio que antes fue un cementerio, luego una iglesia, una bodega de archivo muerto y ahora es un espacio cultural.
Tras tantos años rodeado-haciendo-consumiendo música, ¿qué te significa? ¿Una herramienta, un bálsamo, una forma de vida?
La música es la vida. Yo cuestiono a los políticos que se levantan en la mañana y no escuchan un disco, escuchan las noticias; hay que escuchar las noticias, pero hay que poner un disco o una canción y saber que en México tenemos una historia musical fuertísima.
La música es una forma de vida, es una actitud, una presencia espiritual. Yo siempre les pregunto a mis amigos o a la gente que quiero ‘¿Qué disco escuchaste en la mañana?’. Te da momentos de vida, no hace que vivas tan de prisa, porque la vida se acaba pero la música va a quedar. Es una forma de comunicación y tiene que ver con nuestra identidad y cultura.
Imagen portada: Virginia Rodríguez | MILENIO