El número de personas que murieron por arma de fuego en Brasil se ubicó en 65 mil 602 durante 2017, lo que significó un aumento de 6.8 por ciento respecto a 2016, de acuerdo con el Atlas de la Violencia 2019.
El reporte, elaborado por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) y el Foro de Seguridad de Brasil (FBSP), señaló que la tasa de homicidios se ubicó en 31.6 homicidios por cada 100 mil habitantes, la más alta en la historia del país.
Según las estadísticas, entre 1980 y 2017, un millón de personas perdieron la vida debido a las armas de fuego.
El reporte se da a conocer en momentos en que el presidente brasileño Jair Bolsonaro enfrenta críticas por los dos decretos que emitió para suavizar la compra de armas y ampliar la cantidad de categorías de personas que podrían portar armas en la vía pública, para incluir a políticos con cargos electivos, abogados, camioneros, residentes rurales y hasta periodistas.
El equipo encargado de la elaboración del reporte considera que las cifras registradas serían mayores si no se hubiera aprobado el Estatuto del Desarme en 2003.
De acuerdo con el estudio, publicado en la página web de IPEA, se registran dos fenómenos en el país: mientras más estados reducen la tasa de mortalidad violenta, hay un fuerte crecimiento de las muertes violentas en las entidades del norte y el nordeste.
La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes varió según la región del país, por ejemplo en Sao Paulo (en el sur del país) fue de 10.3 por ciento; mientras que Rio Grande do Norte (en el noreste) fue de 62.8 por ciento.
El estado que registró un mayor crecimiento en el número de homicidios en 2017 fue Ceará (en el noreste), con un alza de 49.2 por ciento y un récord histórico con cinco mil 433 muertes violentas.
Mientras que las entidades que reportaron una disminución en la tasa de homicidios durante el periodo fueron Rondonia (en el occidente brasileño), con una reducción de 22 por ciento; seguido por el Distrito Federal (en el centro), con una caída del 19.7 por ciento; y Sao Paulo (en el sur), con un retroceso de 4.9 por ciento.
El reporte del Atlas de la Violencia estableció que el 59.1 por ciento de las muertes se trata de hombres entre 15 y 19 años.
Explicó que sólo en 2017, 35 mil 783 hombres de entre 15 a 29 años murieron, lo que representó una tasa de 69.9 homicidios por cada 100 mil jóvenes, un récord en los últimos 10 años.
Otra tendencia preocupante que advirtieron los expertos es el aumento en los últimos años de la violencia letal contra sectores específicos como la población afrodescendiente, mujeres y LGBTI.
Durante 2017, el 75.5 por ciento de las víctimas de homicidio eran afrodescendientes, mientras que el número de mujeres muertas en el país se ubicó en 13 por día. En total, cuatro mil 936 féminas fueron asesinadas, de las cuales 66 por ciento eran afrodescendientes.
La muerte violenta de integrantes de la comunidad LGBTI pasó de cinco en 2011 a 193 en 2017.