Nayib Bukele de 37 años, es el nuevo presidente de El Salvador que rompió con el bipartidismo de la derecha representada por Alianza Republicana Nacionalista y la izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, un empresario de ascendencia árabe.
El mandatario se ha hecho popular en la red social, Twitter, debido al uso que ha hecho de la plataforma para anunciar despidos de funcionarios, lo cual ha generado mucha reacción entre los propios usuarios. Incluso se denominó a sí mismo como “el presidente más cool del mundo” (sic) a través de su cuenta verificada:
Sin embargo, ni en su discurso de investidura como presidente de El Salvador durante la sesión solemne de la Asamblea Legislativa hasta la fecha, ha hecho mención de las políticas que implementará para manejar el problema de violencia que suponen las pandillas en el territorio salvadoreño y que movilizan a buena parte de la población a migrar a Estados Unidos atravesando territorio mexicano en la travesía.
Migración a EU, tema ausente en la agenda de Nayib Bukele
Nayib Bukele debe poner un freno a la migración rumbo a los Estados Unidos. Según las estimaciones oficiales, en promedio 200 salvadoreños emigran al día sin documentos legales y hasta finales de 2018, 3 mil migraron como parte de caravanas.
El joven presidente ha dicho que mantendrá una relación de cercanía con el gobierno de su homólogo, Donald Trump, quien el sábado lo felicitó vía Twitter y le recordó que EU está preparado para trabajar en la prosperidad del país centroamericano.
Aunque El Salvador asumiría la presidencia del Sistema de la Integración Centroamericana, Bukele no acudió al encuentro por estar “indispuesto”. En su agenda es prioridad la contención de la delincuencia generada por las pandillas, pero no existe una política pública clara al respecto.
La migración también se alimenta de la falta de oportunidades laborales, por ello existe expectativa sobre las alternativas de inversión extranjera para la generación de empleo en el país, el incremento de los salarios, la reducción de la pobreza y la disminución del costo de los productos de la canasta básica.
Con información de EFE y AFP
