Con valla humana, caravana de vehículos, prendas en color blanco y el grito de justicia, fueron recibidos en Meoqui, Chihuahua, los restos del estudiante Norberto Ronquillo, quien fuera secuestrado el pasado 4 de junio cuando salía de la Universidad del Pedregal en la Ciudad de México.
Cientos de personas, entre familiares, amigos y comunidad en general, se congregaron a la entrada de Meoqui -municipio que se ubica a más de mil 358 kilómetros de donde fue localizado sin vida la madrugada del lunes-, para recibirlo y darle el último adiós.
Su padre, Norberto Ronquillo, y su madre, Noelia Hernández, llegaron la mañana de hoy a la ciudad de Chihuahua, para desplazarse hasta su lugar de origen donde ya eran esperados.
Al arribar a Meoqui, las calles se vieron inundadas de personas que portaban playeras en color blanco y mensajes que decían “Nos falta Norberto”.
Se despiden de él con misa
Después de recorrer varias cuadras, sus restos llegaron a la iglesia de San Pablo Apóstol, lugar donde de familiares, primos, amigos y comunidad en general acudieron para despedirlo.
Al llegar a la iglesia fue necesaria la intervención de autoridades de Protección Civil de ese municipio, ya que debido a la multitud y al impacto del recibimiento, la madre de Norberto se desvaneció.
La señora Hernández recibió atención por parte de paramédicos, quienes después de estabilizarla aseguraron que podía sobrellevar la ceremonia religiosa.
En ella familiares cercanos, sus hermanos, así como amigos recordaron al estudiante como una persona buena, amorosa, noble y dedicada ayudar a los demás.
Los asistentes a la misa dijeron sentirse tranquilos al entregar los restos y el alma de Norberto y agradecieron el tiempo que les fue permitido disfrutarlo con vida.
No obstante, la comunidad de Meoqui pidió a las autoridades de Chihuahua y las de la Ciudad de México trabajar en la investigación para evitar que el caso de Norberto quede impune.
Foto propiedad de: Paola Gamboa
