Por José Jaime Ruiz.
La corrupción sindical de Carlos Romero Deschamps y del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, no anulan el golpe político que el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena están recibiendo en Baja California. Es un golpe a la credibilidad, el mayor golpe porque, sin necesidad, le están dando armas para revivir el tema de la reelección del presidente, aunque repita y algún fedatario documente que no se quiere reelegir, ahí sigue la gran duda aprovechada por poderes fácticos para el golpeteo.
“…es que no me involucraran en este asunto, porque buscan echarme la culpa de todo”, comentó López Obrador.
Nadie quiere echarle la culpa de nada, pero ahí están los hechos.
Se lee en La Jornada: “Después de que el Congreso de Baja California declaró por mayoría la validez de la reforma constitucional que extendió de dos a cinco años la gubernatura de Jaime Bonilla, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió que no le echen la culpa, porque yo no tuve nada que ver. Acusó al PAN de actuar con hipocresía, con una doble moral, luego de que nueve de los 12 diputados que entonces tenía aprobaron la modificación”.
“Se me hace que en el extremo de la hipocresía ahora están haciendo un cuestionamiento sobre este asunto, cuando nuestros opositores fueron los que aprobaron esta decisión”, acusó el mandatario.
¿O sea que lo relevante es el “extremo de la hipocresía” y no el hecho denigrante de Morena, el Congreso bajacaliforniano y Jaime Bonilla de ampliar el periodo de dos a cinco años?
Una y otra vez López Obrador insiste en que es el presidente de todos los mexicanos. Lo es. Y toma distancia de ciertos temas, como los de su partido, pero eso no es completamente real.
La revista Proceso consignó el 17 de marzo: “El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió en privado, este miércoles, con las dirigencias nacional y estatal de Morena, y con el candidato del Frente Juntos Haremos Historia en la entidad, Jaime Bonilla Valdez.
“El encuentro –un desayuno en el restaurante del Hotel Lucerna– se realizó después de la conferencia matutina del Ejecutivo en esta ciudad, y acudieron, además de Bonilla, la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, y el delegado especial de esa fuerza política en la entidad, Leonel Godoy Rangel.
“La Agencia Fronteriza de Noticias (AFN) dio a conocer que, en una mesa aparte, que incluyó fotografías de Bonilla con el tabasqueño, departieron el candidato morenista a la alcaldía de Tijuana, Arturo González Cruz, y el empresario y abogado Guillermo Ruiz, apodado ‘El Titi’, quien por años representó los intereses legales de Jorge Hank Rhon, y a finales de 2016 sufrió un atentado del que resultó con heridas leves.
“(…) No se supo qué platicaron los directivos de Morena, el candidato a gobernador y el mandatario, sin embargo López Obrador fue interceptado después y, al ser cuestionado sobre la reunión, se limitó a decir que desayunó con Bonilla en calidad de ‘amigos’, en el hotel.
“El 8 de marzo pasado, proceso.com.mx publicó que el senador con licencia Bonilla Valdez tiene un pasado que pocos conocen: perteneció al Partido Republicano y como funcionario del gobierno estadunidense juró proteger la constitución de los Estados Unidos”.
¿Que no lo involucren dice el presidente? Si él se involucra solito. ¿Qué tenía que andar presidiendo una reunión de altos vuelos entre dirigentes de Morena, candidatos y empresarios? ¿Reunión de amigos? ¡Por favor! Si se involucró en el proceso electoral, ¿quién cree que no se haya involucrado en la decisión de cooptar a los diputados para prolongar el mandato de Bonilla?
Por último, la posición de Yeidckol Polevnski es de antología: “…independientemente de la discusión jurídica, creo que el beneficiario, más que el gobernador electo, es el pueblo de Baja California, porque te ahorras un dineral que en dos años estarías otra vez gastando”. ¿Los beneficiados son los ciudadanos que NO votaron por esto? La lógica ilógica. ¿Independientemente de la discusión jurídica, Yeidckol? ¿Independientemente de la voluntad del pueblo?
@ruizjosejaime