Durante los últimos meses en Nuevo León los sismos han ido en aumento, asunto que ha alarmado a la ciudadanía por el temor de que la actividad sísmica se intensifique a mayor grado. La Sultana del Norte se ha visto cimbrada de acuerdo con investigaciones de la UANL en los últimos doce años por más de 300 sismos, incrementándose la frecuencia del 2013 a la fecha.
Ante tal situación, los expertos aseguran que con el aumento en la actividad sísmica el área metropolitana se podría ver afectada.
El mapa de sismos divide a México en cuatro zonas: Zona A, Zona B, y Zona C, todas de bajo registro sismológico, contrario a la Zona D, en donde se presentan mayor número de sismos y de magnitud considerable, perteneciendo Nuevo León a la zona A de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional que forma parte del Instituto de Geofísica de la UNAM.
El comportamiento telúrico en Nuevo León muestra alzas y bajas considerables, entre un año y otro, registrando en su último reporte anual del 2018, solo 6 casos de sismos. Juan Carlos Montalvo Arrieta, doctor en sismología y académico de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Nuevo León, asegura que nuestra entidad sí es tierra sísmica.
«Nuevo León sí es tierra de sismos, en nuestro país existe una zonificación sísmica. La primera área es la Zona A, que corresponde a una baja actividad de sismos, y es a la que pertenece Nuevo León”.
Montalvo Arriesta advirtió que, ante el comportamiento telúrico irregular, Nuevo León se encuentra bajo estudio, pues la magnitud de sus sismos se está incrementando. Puntualizó que la documentación de sismos en la entidad es muy pobre para confirmar o descartar que los sismos provoquen consecuencias en la infraestructura de la zona metropolitana.
“Nuestro registro histórico es muy pobre y no documentó un evento de esa naturaleza. Por eso de manera general en muchas ocasiones el ser de baja sismicidad, hay personas que los confunden con una zona asísmica o sin terremotos”.
“Pero no es cierto, sí hay terremotos, pero de una magnitud pequeña y su frecuencia es baja. Desde que se instaló la estación sismológica, ha incrementado en Nuevo León el número de sismos, y las magnitudes pasaron desde sismos de magnitud 2, a sismos de magnitud 5″.
Xyoli Pérez Campos, responsable del SSN, habló de la necesidad de un centro de esta naturaleza no sólo para monitorear la actividad sísmica de Nuevo León y del noreste mexicano, sino porque también sería un centro alterno al de la Ciudad de México en caso de una eventualidad.
«Necesitamos apoyo para garantizar la operación 24/7 y proveer a las autoridades y a los usuarios información oportuna de cuando ocurra un sismo. Nuevo León se encuentra en una posición estratégica, porque a pesar de la creencia de que no tiembla ahí, sí existe sismicidad frecuente”.
Hay que recordar que recientemente se presentó el proyecto para la creación del Centro de Investigación y Desarrollo en Sismología en el municipio de Linares, Nuevo León, donde el Senador Víctor Fuentes Solís se comprometió a gestionar el financiamiento, en conjunto con otras instituciones y autoridades, para garantizar la respuesta oportuna en caso de contingencias sísmicas en el estado y en todo el noreste del país.
Por su parte, el Alcalde de Linares, Fernando Adame señaló que dicho Centro sería, además, una fuente de información de respaldo en caso de una catástrofe en la Ciudad de México.
“Linares estaría proveyendo información y operatividad sobre sismos del todo el país, como respaldo en caso de que el Centro Sismológico Nacional deje de operar por una eventualidad”, señaló Adame.
Este proyecto nace de la colaboración con otras instituciones del país como el Servicio Sismológico Nacional (SSN) y el Instituto Mexicano del Petróleo en el marco de los fondos SENER-CONACYT, sin embargo, en la actualidad el plan se encuentra detenido por otro recorte presupuestal del Gobierno de la República.
Fuentes Solís, informó que este Centro sería estratégico para Nuevo León y para todo México y que se ha escogido a la ciudad de Linares por ser un polo de desarrollo en la región citrícola del estado.
Además, dijo que, de concretarse, sería el campus de la Universidad Autónoma de Nuevo León, más grande fuera del Área Metropolitana de Monterrey.
“Es de gran interés social continuar y reforzar el monitoreo, análisis e interpretación de esta información, como una medida para evaluar el riesgo sísmico al que podemos estar expuestos, así mismo revisar y actualizar los reglamentos de construcción en el estado”, apuntó el legislador por el PAN.
El Ayuntamiento de Linares donó un terreno a la UANL debido a que ésta se ha hecho cargo del monitoreo sísmico del estado desde hace 12 años y que en este tiempo se han documentado más de 300 sismos en Nuevo León.
“Algunos de estos movimientos telúricos han causado daños moderados en comunidades de General Terán, Los Ramos, Galeana, Dr. Arroyo, entre otros, y han sido percibidos en el área metropolitana de Monterrey”, comentó Fuentes Solís.
Por último, Cabe mencionar que se requieren 55 millones de pesos para la construcción de un edificio de mil 820 metros cuadrados, su acondicionamiento, instalaciones eléctricas, equipo de cómputo y audiovisual, mobiliario, instalación de estaciones de monitoreo y mantenimiento, entre otros rubros.