Por Eloy Garza González
@eloygarza
En este país de males innecesarios, Ramón Alberto Garza es un bien necesario. En este país de fake news y posverdad, Ramón Alberto Garza es el periodismo a la mejor usanza norteamericana. En este país de verdades a medias y mentiras contrahechas, Ramón Alberto Garza es más amigo de la verdad que de Platón, aunque amigos tiene selectos y a mucha honra.
Hoy, Ramón Alberto Garza cumple (apenas) 64 años. En ese tramo de vida intensa, fundó periódicos (los mejores de México), dirigió otros (los mejores de América Latina), ha decodificado con una claridad pasmosa y ventilado secretos de Estado, que nunca debieron estar ocultos.
Una sola investigación de fondo, bien vale la vida entera de un profesional de prensa. Pero Ramón Alberto ha dado en la diana en innumerables ocasiones, como sólo lo consiguió Julio Scherer y unos cuantos más, y eso vuelve a Ramón Alberto, más que un profesional, un maestro de vida plena.
En un texto reciente, Ramón Alberto Garza menciona con afecto a Germán Dehesa. En una plática lejana, Germán se refirió con gran afecto a Ramón Alberto. Yo fui testigo de esos elogios y añado que los hizo con calurosa admiración (un sentimiento que Germán reservó a muy pocas personalidades y sólo si se lo merecían en serio).
Algo tendrá Ramón Alberto que levanta entusiasmos tales en las mentes más preclaras e insobornables de este chaqueteado país. No diré el motivo, el lector puede leerlo en cada artículo de Ramón Alberto. Mientras tanto, ¡felices 64 años y que vengan mucho más!