Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Que fácil es suspirar ante el gesto del hombre/ Que cumple un deber / Y regalarle ropitas a la pobrecita/ Hija del chofer/ Que fácil de enmascarar sale la oportunidad…// Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir/ La caravana en harapos de todos los pobres/ Desde un mantel importado y un vino añejado/ Se lucha muy bien/ Desde una mesa gigante y un auto elegante/ Se sufre también/ En un amable festín se suele ver combatir. // Silvio Rodríguez
Algunos empresarios se están viendo mezquinos en la crisis del coronavirus. La desigualdad, obvio, es clasista. Ahí tenemos el ejemplo de Alsea que, defendiendo lo indefendible, antes de cuidar la economía de sus trabajadores, cuida sus márgenes de utilidad.
Y todavía se atreven a comunicar:
“La licencia voluntaria es una de varias medidas que estamos aplicando para tratar de preservar los más de 41,500 empleos que ofrecemos en el país; estamos apelando a esquemas de flexibilidad laboral, con apoyo de nuestros colaboradores, ante la difícil situación por la que atraviesa nuestra operación, derivada de la preocupación genuina de nuestros consumidores por su salud y la de sus familias.”
¿Qué es eso de licencia voluntaria? Hipócritas, esconden como licencia lo que es paro, despido temporal. La compañía que opera marcas como Starbucks, Domino’s Pizza, Vips, Italianni’s, Burguer King, Chilis y otras, desconoce la solidaridad y, también en un eufemismo, llama “colaboradores” a sus empleados, a sus trabajadores.
Hay una diferencia entre tiendas de autoservicio. Por ejemplo, Soriana ha decidido prescindir durante la pandemia de los empacadores, regularmente adultos mayores. Si los consumidores desean apoyar a estos trabajadores “voluntarios”, la empresa de Ricardo Martín Bringas duplicará el apoyo de las propinas. En la trasnacional Walmart mandaron a sus casas a los “empacadores voluntarios”, aseguran que se les dará un apoyo económico, no dicen cómo, y no especifican dicho apoyo, como sí lo hace Soriana. En un ejercicio de transparencia, las empresas tendrían que dar a conocer públicamente los montos de esos apoyos.
Ya que son tan solidarios, ¿por qué Soriana, Oxxo, Walmart nos proponen que el redondeo que pagamos los consumidores se quede en el bolsillo de los empleados que entran en la categoría de adultos mayores? Directo, sin las asociaciones e instituciones de ayuda social. Carlos Slim dice que no despedirá a nadie de sus empresas. Es lo menos que puede hacer porque los mexicanos lo convertimos en uno de los hombres más ricos del planeta.
El presidente Andrés Manuel López Obrador responsablemente informó que se adelantarán pensiones para los adultos mayores y anunció un decreto: “Voy a firmar un decreto para que en el sector público como privado, se les otorgue permiso a los adultos mayores, permisos para que puedan estar en su casa con goce de sueldo y todas las prestaciones”.
Se le atribuye al escritor Eduardo Galeano la siguiente frase: “La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; mientras que la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”.
¿Así o más claro?
