Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Lo que hoy es una herejía se suele convertir en la ortodoxia de mañana.” // José Luís López Aranguren
Los
tiempos cambian, los usos, costumbres, modas, todo es distinto y la
política tiene que cambiar, sobre todo a la vista de los
acontecimientos que se vienen sucediendo desde hace ya años en que
no gozan ni de la confianza ciudadana y menos de una buena
reputación.
Si primero Cristina Díaz propuso la creación
de un “Dream-Team” de militantes de diversos partidos para
confirmar un bloque sólido en los próximos comicios, ahora
Ildefonso Guajardo al parecer ha tomado la bandera y ha pasado del
pronunciamiento a la práctica al reunirse con dos aspirantes, uno
del PRI y otro del PAN, en lugares públicos y hablar de alianzas,
uniones o como quiera usted llamarlo.
La idea era
impensable hasta no hace mucho tiempo, pero insisto, los tiempos
cambian y hoy por hoy en las elecciones para Gobernador de Nuevo León
en el 2021 nada está dicho y nadie se puede sentir ganador.
La
idea de Cristina e Ildefonso es buena, sin embargo tiene un enorme
“pero”, que no es otro que vencer el ego de los propios
aspirantes que por ahora dirán que sí, que es buena la propuesta,
aunque en el fondo piensen que es buena sí, y solo sí, el candidato
es él mismo.
¿Quién va a renunciar a sus aspiraciones
para sumarse a la campaña de otro? ¡Los quiero ver!
Por
lo pronto Ildefonso ya sentó a su mesa a Adrián de la Garza y a
Víctor Fuentes y habla de unir fuerzas políticas, aunque acota: “De
que vamos a ser candidatos, vamos a ser candidatos”, pero, ¿y si
las circunstancias, las preferencias, el momento, no están alineados
con su perfil, renunciará a su aspiración para entregarle todo a
otro?
Es ahí donde lo veo difícil y donde también
considero complicado el que el resto de los que dicen quieren ser
sean capaces de doblar su brazo.
Y es que, como señalé
antes, la moneda está en el aire y por mucho que presuman encuestas
lo cierto es que no hay nada para nadie y todo se centrará en la
campaña y la forma de conseguir adeptos que les lleven votos.
Será,
sí, una campaña más reflexiva que la anterior en la que predominó
el voto de castigo, el del enojo y hartazgo, pero de cualquier forma
llevarán mano los que luzcan más simpáticos en las fotos y los
videos sin importar mucho lo que digan o prometan, los de la mejor
sonrisa y los que, todos lo sabemos, sean capaces de manejar la
movilización o la restricción del voto, según convenga.
Por
lo pronto Ildefonso juega a la heterodoxia política. Veamos cuáles
son sus siguientes pasos.
ftijerin@rtvnews.com