Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
El líder nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, sigue jugando bien sus cartas en Nuevo León. No podía venir a decir que habrá coalición, menos promover a Clara Luz Flores o a Ildefonso Guajardo. Seguir apostando a Samuel García para la gubernatura es estirar las negociaciones del 2021. El único amarrado para Monterrey es Luis Donaldo Colosio Riojas. Por eso la dirigencia nacional lo unió de nuevo, después de un real distanciamiento, con Samuel.
La tarea de Movimiento Ciudadano es convertirse en la segunda fuerza política del país, después de Morena y por encima del Partido Acción Nacional y del PRI. Dos estados son fundamentales para la recomposición de MC en el país y a partir de la Cámara de Diputados, es decir, Jalisco y Nuevo León. Ya puede haber una alianza de facto entre el gobernador Jaime Rodríguez Calderón y Enrique Alfaro para apoyar al candidato de MC, aunque el Bronco puede jugar en último momento con Clara Luz Flores. Lo que ganó Jaime es que Samuel le baje y ya no lo esté jodiendo.
La gran apuesta de Dante es el Congreso federal y Monterrey, no Nuevo León. Es sumamente difícil que con Samuel García gane el estado, pero cada vez es más fácil que con Luis Donaldo ganen la capital y exista un voto de arrastre a diputaciones locales y federales. Además, si Colosio hace bien las cosas puede catapultarse a buscar la Presidencia que, tal vez, no obtenga, pero esos votos le darían a MC una posición privilegiada de ser LA oposición en México a partir de 2024. Seamos claros, Luis Donaldo Colosio tiene una vida política por delante, Samuel sólo una vida política estancada.
El 2021 en Nuevo León será de alianzas, diga lo que diga Dante Delgado. Sólo hay que recordar el 2015 cuando el mismo Dante aseguró que no habrá coaliciones y terminó cediendo la candidatura de Fernando Elizondo con su declinación. Las negociaciones apenas están en marcha y sólo los nerviosos se apresuran. Esto es de paciencia. El próximo año el candidato de MC se puede inclinar por uno u otra candidata. Así que ni falsos entusiasmos ni derrotas anticipadas.